Una mezcla entre escultura e ingeniera puede percibirse rápidamente como una obra de arte o un retorcido disparate. Así de diferentes son las críticas sobre la propuesta del escultor indio Anish Kapoor y del arquitecto Cecil Balmond, que ganó de la competencia para la construcción de una torre Olímpica de al menos 100 metros de altura.
Bautizada como ArcelorMittal Orbit, este mirador será un "recordatorio permanente de Londres como anfitrión de los Juegos Olímpicos 2012", según ArchDaily , uno de los sitios sobre arquitectura más leídos de la web. La estructura será construida en acero y llegará casi a los 122 metros de altura, sobrepasando a la Estatua de la Libertad (93 m) y el Big Ben londinense (55 m), que es –hasta el momento- la pieza de arte pública más grande de la ciudad.
El alcalde Londres, Boris Johnson, fue criticado por haber asumido este ampliamente costoso proyecto durante una época de recesión económica para el país. Sin embargo, Jonhson afirmó que el Orbit no solamente mejorará la experiencia de los visitantes a los Juegos Olímpicos, sino que tiene el potencial de convertirse en "el ícono de legado cultural perfecto".
La torre medirá 114.9 metros y estará situada entre el Estadio Olímpico (59 m de altura) y el Hadid Aquatics Center, que permitirá a los visitantes tener una vista impresionante del Parque Olímpico en su totalidad por un precio de 15 libras. Este cobro fue señalado como una necesidad durante los Juegos, ya que cubrirá el costo de la operación de la torre, según Sir Keith Mills, vicepresidente de Londres 2012.
Falta de estéticaMientras varios dan mérito a la propuesta de los diseñadores en el avance del arte de fundido, escultura e ingeniería, el proyecto también fue criticado por no merecer el puesto ganador y por no contribuir con el ornato público. El desagrado viene particularmente de aquellos residentes del Stratford londinense: la altura de la torre y su contexto son incoherentes.
Kapoor declaró para The Telegraph, "la Torre Eiffel fue odiada por todos durante varios años y ahora es una pieza infaltable en nuestra comprensión de Paris. Es controversial y es un buen comienzo. La incomodidad está bien […] Es perturbadora y creo que es parte de este tipo de belleza".
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