Melinda Gates llevaba dos años -desde el 2019- buscando y consultando abogados para divorciarse de su marido, Bill Gates, aunque el anuncio de la ruptura no se produjo sino hasta la semana pasada, publicó el diario The Wall Street Journal (WSJ).
El rotativo neoyorquino citó a “personas conocedoras de la cuestión” y a documentos legales consultados por periodistas del periódico que apuntan a que el divorcio era algo que venía cociéndose desde hace tiempo, con los primeros contactos con abogados producidos en el 2019.
Los Gates anunciaron el lunes de la semana pasada que se divorciaban, tras más de 27 años de relación en los que fundaron una de las organizaciones benéficas más importantes del mundo.
Al día siguiente, los medios estadounidenses revelaron el contenido de los documentos de la petición de divorcio, presentada por Melinda, en la que esta aseguraba que el matrimonio está “irremediablemente roto”, que “no es necesaria la manutención conyugal” y que el pacto de separación determinará la división de sus propiedades.
Los Gates tienen tres hijos, todos ellos ya mayores de edad.
Según el Journal, una de las cuestiones que podrían haber precipitado la ruptura es la relación que mantenían Bill y el difunto magnate caído en desgracia Jeffrey Epstein, quien se suicidó en la cárcel precisamente en el 2019.
Epstein había sido detenido después de que se le acusara de abusar sexualmente y explotar a decenas de chicas adolescentes tanto en su mansión de Manhattan (Nueva York) como en su residencia de Palm Beach (Florida) y su propiedad de las Islas Vírgenes.
De acuerdo con la prensa estadounidense, Bill Gates mantuvo encuentros con Epstein en varias ocasiones y en una de ellas se quedó hasta tarde en su mansión neoyorquina.
A través de portavoces, el multimillonario siempre ha sostenido que en esos encuentros los dos hombres hablaban de cuestiones filantrópicas y que Gates “lamenta todos y cada uno de sus encuentros (con Epstein) y reconoce que llevarlos a cabo fue un error de juicio”.
La versión del Journal señaló que Melinda ya habría avisado a su marido de que no se sentía cómoda con Epstein en el 2013 y pese a ello Bill Gates y empleados de su fundación siguieron en contacto con el magnate ahora fallecido en los años posteriores.