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Diana Mujica Maguiñadmujica@diariogestion.com.pe

Mucho se habla de liderazgo, pero, en opinión de , experto consultor en el tema, entre la mitificación, los lugares comunes y la creencia errónea de que solo los gerentes generales son líderes natos, la definición se ha hecho gaseosa. Aquí algunas aproximaciones más concretas.

¿Liderazgo es autoridad? La autoridad la dan las personas, no una firma. Y se gana. tiene la capacidad de inspirar una visión a futuro, de desarrollar compromiso, no obligación. Cuando un empleado se siente inspirado a dedicarse más al trabajo, no motivado por más sueldo o un ascenso, sino porque se siente contagiado por el discurso y visión de su jefe, este ha logrado ser un líder. El líder genuino te obliga a estirarte y despabilarte.

¿Son los altos directivos los llamados a ser líderes?El liderazgo no tiene nada que ver con un puesto, no es una posición. Para ser líder te tienen que importar las personas. No se trata de un lugar común, de un cliché. Desde un puesto no directivo, ni siquiera de mando medio, se puede ser innovador, se puede motivar a los empleados de tu misma jerarquía a hacer un proyecto.

¿Y eso no afecta a su jefe?El verdadero líder no quiere seguidores, quiere con los cuales trabajar y buscar las ideas innovadoras que lleven a su firma al siguiente nivel.

No pide algo fácil.No, es verdad. No es nada fácil resistir la tentación de tener seguidores, de destacar con las cualidades de líder. Se trata de grandeza y bondad, cualidades que a veces el ser humano no sabe asumir con facilidad.

¿El líder es carismático? No necesariamente. Sabe transmitir, eso sí.

Lo pregunto porque se sabe que Steve Jobs era autoritario y malgeniado. Y era un líder nato. Quiero aclarar que un líder no está obligado a ganar un concurso de personalidad o de carisma. El líder es un ser humano como cualquier otro: con fallas y virtudes.

¿Se le ha mitificado?Exacto. La vocación de liderar no exenta a las personas de fallar, de temer, de errar. Jobs era un líder y lo que usted cita lo sabemos por sus biografías. Ese estilo directo, brusco, no impidió que sus cualidades de líder salieran a flote y motivaran a sus empleados a la excelencia.

¿El líder compite?Pero claro. La competencia sana es necesaria, revitaliza. Pero aquella que es carnívora, depredadora no sirve de nada. Y un jefe que la motiva no es un líder.Si no es capaz de hacer que su visión inspire, naturalmente ha fracasado como líder y no tiene más opción que generar este clima de competencia desleal.

HOJA DE VIDANombre: Mario Alonso Puig.Ocupación: Conferencista internacional en temas de liderazgo y comunicación.Estudios: Negociación con el Instituto Tecnológico de Massachusetts y la Facultad de Leyes de la Universidad de Harvard, Máster en Dirección Hospitalaria por el IESE.