Si la creatividad fue el eje que movió los engranajes de empresas ahora tan relevantes como Apple, ¿por qué ciertas organizaciones no la fomentan en sus equipos?

La rutina y el automatismo nunca podrán empujar una firma al Olimpo de los dioses corporativos. De ahí que sea esencial convertir la innovación en la piedra angular de las plantillas, tanto de las grandes empresas como de las startups aunque éstas últimas ya nacen creativas. He aquí cinco trucos (políticas corporativas) que ayudan a impulsar la imaginación:

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1. Espacio de libertad.Uno de los principales obstáculos que frenan la creatividad en las empresas es el miedo a equivocarse. Un temor que, poco a poco, se va alejando de las filosofías empresariales, pero que nos ha acompañado durante años. "Hay que poner en marcha políticas que no castiguen el atrevimiento, la innovación y que fomenten el intraemprendimiento", defiende Custodia Cabanas, profesora de comportamiento organizacional de IE Business School.

Y no está sola en esta teoría. Miguel Hernanz, creador de Talleres de Liderazgo Creativo en España, cree que "lo más importante es la creación de un espacio de libertad y aceptación de ideas que generan valor". Hernanz recuerda que "la creatividad se activa con un estado emocional de carga positiva, porque es cuando nuestra mente se encuentra bien y tiende a imaginar".

"Para ser creativo se requiere una actitud alejada de los miedos a decir tonterías o ideas que pensemos que no van a servir de nada. Cualquier participación ha de ser recibida de forma positiva y constructiva y, a ser posible, con sentido del humor. Para ello es muy importante el papel del líder, ya que será la figura que dinamiza los equipos y fomenta ese comportamiento", dice Carlos Herrero, director de márketing y comunicación de MOA BPI Group.

Por su parte Francisco González, director del master de innovación de Deusto Business School, cree que "resulta fundamental contar con un líder capaz de integrar equipos multidisciplinares, diversos y de alto rendimiento que puedan trabajar de forma positiva y colaborativa".

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Diversidad.Conectar con otras culturas y otras formas de pensar despierta la imaginación a cualquiera. De ahí que otro de los trucos que propone Herrero sea crear equipos "de hombres y mujeres procedentes de diferentes países, con experiencias profesionales distintas e incluso maneras opuestas de entender las cosas, ya que esta diversidad puede generar una creatividad más rica que la de cualquier grupo homogéneo".

Una forma, además, de evitar el llamado pensamiento de grupo que la profesora de IE Business School considera "algo muy natural, muy humano. Pero también muy pobre. Es cierto que ser el punto de vista minoritario es muy difícil, de ahí que haya que motivar a la gente y animarla a que exprese sus opiniones, aunque éstas no estén en línea con la mayoría". Lo fundamental, continúa Custodia Cabanas, "es que exista seguridad psicológica, es decir, un espacio en el que la capacidad para discutir y aportar ideas diferentes sea posible".

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Nuevos retos.Despertar la imaginación es una tarea que requiere siempre nuevos retos. Una persona imaginativa en un entorno rutinario acaba convirtiéndose en un autómata sin ideas. Así lo cree también el director de márketing y comunicación de MOA BPI Group, quien asegura que "la creatividad necesita estimular la actividad cerebral, y la manera de conseguirlo es estableciendo retos. Una buena fórmula de fomentarla es establecer equipos de trabajo y proponerles objetivos". Lo que invita, además, al trabajo en equipo pues "debemos aprender a desarrollar una empatía real con la plantilla y construir desde la idea individual a la de conjunto en donde todo el imaginario personal cuente", reflexiona Miguel Hernanz.

En el fondo, y como recuerda Francisco González, "con la creatividad estamos buscando hacer las cosas de manera diferente, reenfocando retos, buscando nuevas soluciones. La imaginación en un equipo sirve para impulsar la originalidad, la flexibilidad, asumir riesgos y tolerar la ambigüedad. Todos estos aspectos influyen en la capacidad de las personas de ser más sensibles a los objetivos y ampliar las fronteras de las posibilidades, oteando más opciones e ideas desde todas las direcciones posibles".

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Otros hábitos.Dice Carlos Herrero que otro de los trucos para fomentar la creatividad es modificar las rutinas y costumbres del equipo cada día. "Como, por ejemplo, cambiar la localización del puesto de trabajo y de compañeros de mesa; tratar de que los profesionales se relacionen con otros departamentos, también de manera personal; invitarles a tener un espacio de coworking y creativo a la semana en un sitio diferente al habitual…".

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Las herramientas.Existen muchas técnicas e instrumentos para fomentar la imaginación entre los profesionales de un equipo, "pero quizá las personas con una tendencia adaptadora para resolver problemas prefieren tácticas más convencionales, como matrices o el clásico brainstorming", sostiene el profesor de Deusto. Sin embargo, "las personas innovadoras suelen optar por técnicas menos convencionales como las metáforas, las analogías, etcétera. Aun así, la herramienta más potente que tenemos es la hidridación (también conocida como efecto medici o polinización cruzada) que permite la búsqueda de innovaciones en las intersecciones de sectores y disciplinas", añade.

No en vano, desde hace años se vienen desarrollando técnicas específicas para potenciar la capacidad creativa de los equipos, "adaptaciones para el desarrollo de productos y servicios en la empresa como el design thinking, herramientas como el DAFO (estudio de la situación de una empresa o un proyecto), Canvas o mapas conceptuales son algunos de los ejemplos más utilizados", asegura Hernanz.

Carlos Herrero, por su parte, recomienda "alta capacidad de escucha, estar dispuesto a arriesgar, generar entusiasmo, confianza y seguridad. También se necesita carisma y persuasión, grandeza y amplitud de miras. Y mucho sentido del humor".

"Piensa diferente" decía Steve Jobs, fundador de Apple. Y no le falta razón. La imaginación es la mejor arma para convertirse en una empresa de éxito. Para que surta efecto, hay que cambiar la manera de trabajar y de entender el liderazgo y la jerarquía en las empresas. Poco a poco.

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