Redacción Gestión

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Consejos para ejecutivos líderes

Si los miembros de su equipo están pasando mucho tiempo solucionando los problemas de los demás o si inexplicablemente se han vuelto cada vez más negativos, quizás sea hora de volver a hacer que se sientan desafiados. Solo recuerde que la meta es ponerlos al límite, no quebrarlos, así que ofrezca guía en el proceso.

Aumente la dificultad. Intente darles trabajo de mayor responsabilidad que aborde problemas más complejos y un conjunto más diverso de personas interesadas.

Conviértalos en novatos. Invite a la gente a abordar proyectos en los que no tengan conocimiento completo y las habilidades requeridas. Sus zonas de confort se expandirán, y se sentirán orgullosos al dominar cosas nuevas.

Gírelos hacia un problema nuevo. Haga que la gente apunte su experiencia a problemas nuevos.

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La forma correcta de terminar un proyecto

La etapa final en el ciclo de vida de un proyecto es la retirada paulatina, durante la cual el equipo completa su trabajo. Si todo salió como planeado, es hora de celebrar.

Pero si en el camino se topa con algunos puntos difíciles (es lo más probable), digamos, por ejemplo, que el proyecto se pasó de su fecha límite o excedió su presupuesto, sigue siendo importante reconocer los esfuerzos y logros del equipo.

Antes que el equipo avance a otros proyectos, pida informes y documente el proceso para que se puedan compartir las lecciones aprendidas. Conduzca una evaluación postproyecto (una última reunión para identificar qué salió bien y qué salió mal).

Haga una lista de "mejores prácticas" para ayudar a que proyectos futuros salgan mejor. Discuta cómo mejorar el proceso y evitar problemas durante el próximo proyecto. Dado que la gente puede perder perspectiva luego de trabajar tan estrechamente, considere traer un facilitador externo para evaluar la información objetivamente.

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Siga motivado con o sin la ayuda del jefe

Algunos jefes simplemente no son tan inspiradores. La buena noticia es que puede automotivarse para estar sobre sus metas y mejorar sus habilidades. Pero debe saber qué lo motiva personal y profesionalmente.

Pregúntese: ¿Cuándo fue la última vez que percibió sentido de propósito en el trabajo? ¿Qué hizo que se diera eso? Después, haga un plan profesional para ayudarlo a dar seguimiento a sus proyectos y resultados y para fijar metas de desarrollo propio.

Algunas de estas podrían alinearse con su cargo, pero otros pueden enfocarse en aprender y explorar intereses por fuera de la descripción de su trabajo. Evalúe su propio desempeño y pida comentarios.

Puede obtener retroalimentación directamente preguntando a su jefe: "¿Cómo le pareció que salió la reunión? ¿Hay algo que piense que debería hacer distinto la próxima vez?" También puede buscar apoyo en otras partes. Encuentre mentores dentro de la compañía que ofrezcan guía y perspectiva.

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No deje que la dinámica de un grupo aplaste el pensamiento crítico

La gente a menudo se autocensura al trabajar en grupos porque no quiere que la castiguen por vociferar una opinión que difiera de la de todos los demás. A veces, los líderes incluso promueven esta autocensura expresando desde el principio su propio punto de vista (a la gente no le gusta retar al jefe).

Entonces, debe mostrar que está dispuesto a escuchar perspectivas diferentes y discrepancias. Intente no adoptar una postura firme desde el principio para hacer espacio a mayor discusión y debate. Y fomente el pensamiento crítico tan pronto como se arme el grupo para que los miembros estén más dispuestos a colaborar y sean menos propensos a guardar silencio.

Si aun así la gente sigue sin participar, pruebe reestructurar los incentivos para premiar el éxito grupal, no individual. Es más probable que la gente participe si sabe que puede ganar algo con una buena decisión grupal.

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Use mejores metáforas para ganarse una audiencia

Si está intentando involucrar a una audiencia, usar metáforas bien escogidas puede ofrecer una vía rápida para el entendimiento. Solo tiene que escoger las indicadas. Busque conexiones que esclarezcan una idea en su mente.

Entre más brillo tenga esa idea para usted, más probable es que resuene entre su audiencia. A muy pocas personas, si acaso, se les puede ocurrir una metáfora brillante en el primer intento.

Haga lluvia de ideas. Anote opciones obvias de inmediato para sacárselas de la cabeza y hacer espacio para las más creativas. Por ejemplo, para ilustrar una sociedad, aléjese del cliché de un saludo de manos frente a la imagen de un globo terráqueo y opte por algo como una foto de Fred Astaire y Ginger Rogers.

Para ilustrar una meta, evite el centro de una diana y opte por algo más singular, como un laberinto. Entre más inusual sea la metáfora, más destacará en la mente de las personas.

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