Sin duda, el mercado laboral es un lugar cada vez más competitivo, especialmente si consideramos que cada año se gradúan miles y miles de profesionales de todos los rubros. Sin embargo, existen maneras de destacar, a la hora de postular a un empleo, para marcar la diferencia.
Para Camila Cortez, subdirectora de Desarrollo Profesional de la Universidad de Los Andes (Chile), es importante desarrollar dos habilidades blandas que en la actualidad resultan particularmente atractivas para los reclutadores: la comunicación efectiva y la adaptabilidad.
La especialista explicó que la comunicación asertiva consiste en la capacidad de transmitir un mensaje de manera clara y comprensible a un grupo o persona. De igual manera, que esta habilidad incluye una serie de consideraciones, como las siguientes:
- Tener claro qué se quiere dar a entender y qué se dirá para lograrlo.
- Usar las palabras precisas, en el tono adecuado y valiéndose del lenguaje corporal, para controlar la forma y fondo de lo que se comunica.
- En cuanto al contenido, recomienda organizar las ideas según un orden lógico y jerarquía de importancia.
- Cerciorarse de que el mensaje recibido está claro con preguntas directas como “me indicaste esto, ¿es correcto?”, “¿estoy en lo cierto?”, etc.
- Ser consciente del contexto en el que uno se encuentra. Por ejemplo, en una entrevista de trabajo, un contexto formal, se recomienda evitar el uso de jergas o modismos.
- Medir el tiempo del que se dispone para la entrevista. Al tener los examinadores usualmente una agenda copada, es importante acotar los mensajes: cuál fue la situación, cómo paso y cómo concluyó.
- Ser transparentes y decir la verdad siempre. La mentira o medias verdades son más que evidentes, especialmente en el lenguaje corporal, y eso podría jugar en tu contra.
La adaptabilidad
La segunda habilidad que los reclutadores valoran es la capacidad de adaptarse a los cambios en el entorno, la cual es evidente desde el primer contacto en una entrevista laboral.
Como asevera Camila Cortez, quien se adapta a los cambios es observador y está dispuesto a ser flexible sin comprometer su esencia. Por ejemplo, en un entorno cálido, frente a un entrevistador que brinda espacios para conversar, el diálogo podrá ser más distendido y horizontal.
La situación será diferente ante alguien que evidencia que está apurado, que busca datos muy concretos y respuestas cortas. En ambos casos, un profesional capaz de adaptarse podrá desenvolverse con éxito y comunicar sus aptitudes y capacidades para el cargo al que postula, sin problema.
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