Los Juegos Panamericanos de Lima 2019, el mayor acontecimiento deportivo de América, tienen su inauguración este viernes con la expectativa de reunir unos ingresos muy menores a los S/ 4,200 millones (unos US$ 1,200 millones) que costó su organización.
Ni los patrocinios ni las entradas, las dos principales vías de ingresos para la organización, están cerca de compensar el dinero gastado por el Estado peruano para poner a punto todas las sedes para albergar a los 6,680 deportistas que participarán en 61 disciplinas de 38 deportes.
Los únicos patrocinadores firmados por el comité organizador de los Panamericanos han sido canjes con empresas que les han proveído de productos y servicios necesarios para la celebración del certamen deportivo.
Todas ellas exhibirán su marca en los carteles publicitarios de las sedes deportivas a cambio de ahorrar a la organización importantes gastos en transporte, alimentación y servicios de información para los participantes, entre otros aspectos.
Hay seis empresas que figuran como patrocinadores oro de los Juegos Panamericanos por haber brindado a la organización bienes y servicios por valor de unos US$ 2 millones cada uno.
Es el caso de la empresa automotriz japonesa Toyota, la aerolínea chilena Latam, la tecnológica francesa Atos, la láctea peruana Gloria y la gestora de residuos sólidos Petramás, también de Perú.
Latam ha sido la encargada de trasladar hasta Lima a 4,900 de los 6,800 deportistas que participarán en los Juegos, procedentes de 41 países, y también los devolverá a sus respectivas casas una vez que concluya la cita.
Entre las delegaciones que han tomado la aerolínea chilena para llegar a la capital peruana están Bolivia, Colombia, Ecuador, Paraguay, Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, México, Costa Rica, Cuba, República Dominicana y Haití.
La compañía aérea también trasladó la antorcha panamericana desde México, donde fue encendida en las ruinas aztecas del complejo arqueológico de Teotihuacán, hasta Cusco, donde comenzó su recorrido por el territorio peruano en Machu Picchu, la joya de la arquitectura inca.
Para los traslados por la ciudad de los directivos de las delegaciones y de Panam Sports, denominada anteriormente Organización Deportiva Panamericana (Odepa), Toyota entregó quince vehículos de sus modelos con tecnología híbrida.
En nutrición de los deportistas, Gloria fue elegida por la organización para repartir entre los participantes productos lácteos.
Asimismo, el Grupo Aje, uno de los mayores conglomerados empresariales de Perú, entregará casi un millón de bebidas gratis entre agua, cola y bebidas isotónicas e instalará dispensadores en todas las sedes deportivas y en la Villa Panamericana, el complejo urbanístico donde se alojan la mayoría de los participantes.
Toda la información y datos sobre las competiciones está a cargo de la tecnología y los equipos instalados en cada una de las sedes por Atos, encargada de registrar todos los tiempos, marcas y puntuaciones para que no se escape ninguno de los récords que puedan batirse en esta cita.
De la gestión de todos los residuos sólidos se encargará Petramás con el objetivo de reciclar todo lo posible para que estos sean los primeros Juegos Panamericanos que neutralicen su huella de carbono, valorada en 370,000 toneladas.
En eso también contribuirá la compañía energética francesa Engie, que ha puesto en marcha para estos Juegos un autobús eléctrico equipado con televisores, asientos reclinables y aire acondicionado, entre otras comodidades.
La venta de entradas ha funcionado bien a pesar de que comenzaron a venderse apenas dos meses antes de la inauguración de los Juegos, pero sus precios populares, que van desde los S/ 10 (unos US$ 3) hasta los S/ 80 (unos US$ 24) tampoco van a permitir recuperar la gran inversión realizada.
A dos días de que comenzasen las competiciones se habían agotado las entradas para diez deportes, lo que reportó al comité organizador ingresos por valor de S/ 200,000 (unos US$ 60,500), según el último reporte.
Por ello la expectativa es que la rentabilidad de estos Juegos se vea plasmada en la faceta deportiva, con unas instalaciones de primer nivel que después de las competiciones deportivas deberán quedar para uso de los peruanos, con la idea de que incentive la práctica del deporte y mejore el entrenamiento de sus atletas.