(G de Gestión) Entre Pisac y Ollantaytambo se encuentra una cuenca fértil que ha alimentado por cientos de años a varias culturas. Este valle en el Cusco se ha convertido en el epicentro de un importante movimiento gastronómico. No en vano esta zona siempre fue apreciada por los incas debido a la riqueza de sus tierras, que alimentan los mejores insumos. Con toda su variedad, estos restaurantes tienen algo en común: están enfocados en el producto local para entregarnos experiencias únicas. Aquí algunos de los más notables.
Mil
La joya del valle ofrece un viaje ideado por Virgilio Martínez. Una cocina inspirada y alineada con su entorno. En este sitio, la biodiversidad es la protagonista. Rescata algunos ingredientes y reivindica otros para entregarnos una experiencia de ocho pasos que representan distintos ecosistemas. La experiencia completa incluye una parada en Moray y su sistema de terrazas circulares; una visita a la chacra para ver el trabajo de las comunidades de Mullaka, Misminay y Kacllaraccay; y una caminata por las colinas que revela una variedad de plantas que, desde la antigüedad, se usan como alimento y medicina. También podrá sumergirse en un universo de fermentos y destilados. La experiencia termina en el restaurante, donde todos los sabores descubiertos se convierten en platos de autor.
Hacienda Huayoccari
Este lugar nos ofrece una experiencia familiar que reúne guisos caseros y ensaladas con verduras recién sacadas de la chacra en un variado buffet. Hay platos peruanos clásicos, como el lomo saltado, pero también regionales, como la sara lawa, una sustanciosa crema de choclo andino. La chimenea se enciende por las noches e invita terminar la cena con una infusión de hierbas del huerto.
Alqa
Un espacio de gran belleza fundado por Johana Sarmiento, diseñadora peruana, y Antonio Sorrentino, fotógrafo italiano, que aloja un museo que apunta a conservar y difundir el arte de los Andes. La hermosa casona cuenta con un restaurante y un bar, con el que sostienen su proyecto artístico. Describen su propuesta culinaria como un homenaje al agricultor andino. Entre sus platos destacan una causa de papas rojas, con coliflor y palta, y una reinterpretación del ají de gallina con tres ajíes y rocotos cusqueños.
El Huerto
El restaurante del hotel Río Sagrado cuenta con un huerto propio que nutre su cocina. Ofrece suculentos platos como la crema de tubérculos andinos salteados con huacatay y especias nativas, o un chicharrón de cerdo con milhojas de papa de Patacancha y salsa de tumbo. Para terminar, puede escoger las fresas salteadas con romero, tomillo, vino tinto y eucalipto, acompañadas de helado de vainilla casero.
Ruta cervecera
En el Valle Sagrado también hay interesantes propuestas cerveceras, algunas producidas ahí mismo, con aguas de sus manantiales. También hay una buena colección de draft beer bars. Estas son las imprescindibles.
Cervecería del Valle Sagrado
En el 2014, Juan Mayorga se juntó con un grupo de amigos y se embarcaron en esta aventura llamada Cervecería del Valle Sagrado. Tienen más de 35 premios en su haber. Actualmente ofrecen seis cervezas de línea y más de 35 estacionales. Son seis tap rooms entre Lima y el Cusco, pero en el Valle Sagrado se encuentra la planta de producción, donde el visitante puede conocer el proceso de elaboración. Cuenta con una carta completa de sus cervezas y platos pensados para acompañar sus bebidas, como el bife anticuchero.
Raymi Draft Beer & Smokehouse
Además de disfrutar de su cerveza, hecha con agua de manantial, podrá probar sus carnes ahumadas en sándwiches como el de brisket o el de panceta ahumada, preparados por el chef Rely Alencastre. Su cerveza lager combina maltas y granos locales y logra un perfil fresco y fácil de tomar, con notas florales.