La pandemia ha modificado los hábitos y prioridades de los consumidores y uno de los temas de especial interés es la salud. Para Mauricio Revollar, gerente de Relaciones Públicas de Samsung Perú, a partir de la COVID-19 la sociedad empezó a mostrar mayor preocupación por esta categoría y también por adquirir hábitos de vida más saludables y velar por la calidad del descanso.
Los wearables, dispositivos electrónicos que se incorporan a la ropa o el cuerpo, han encontrado una mayor demanda gracias a sus funciones enfocadas en el bienestar del usuario.
Según un estudio de Canalys, las pulseras inteligentes han disminuido sus ventas a nivel global, pero los smartwatches se posicionan como los favoritos de los consumidores con un crecimiento del 9.3% respecto al último trimestre. Actualmente, es el producto estrella del sector.
“El mercado de wearables en Perú ha crecido más del 20%, pero el segmento de relojes ha crecido más del 60%. Estos ya no se usan solo para medir cuántas calorías quemamos, sino para monitorear la salud en tiempo real”, señala Zamir Huamán, gerente de Producto División AloT en Xiaomi Perú.
Dispositivos
Ricardo Martiarena, Head of Fitbit Partner Sales Latam, sostiene que los consumidores desean tener la mayor cantidad de herramientas para conocer su cuerpo y mejorar sus hábitos, lo que puede explicar la preferencia por los smartwatches sobre las bandas, que tiene una interfaz más limitada.
“Conforme hemos lanzado nuevos productos hemos llegado a más usuarios y, aunque inicialmente los clientes preocupados por su salud eran mayores, ahora los jóvenes también ponen como prioridad el tema. Y dentro de la salud destaco el manejo del estrés”, señala.
Entre los últimos lanzamientos de la marca destaca el Sense 2, su reloj inteligente más avanzado centrado en la salud. Se trata de un wearable que, aparte de realizar seguimiento del sueño y el estrés o compartir métricas generales (calorías quemadas o pasos dados), controla la salud del corazón de los usuarios y comparte la variabilidad de la frecuencia cardíaca y temperatura de la piel.
“Lo que buscamos con este dispositivo fue medir el estrés y también ofrecerle al usuario opciones para controlarlo, ya sea métodos de respiración u otras herramientas”, añade Martiarena.
Pensar en smart
Aunque estos dispositivos no buscan reemplazar un chequeo médico, sí facilitan la accesibilidad a cifras que antes requerían de un profesional de la salud, como la medición del oxígeno o el ritmo cardiaco.
“Se busca un ajuste al estilo de vida de la nueva normalidad: un modo de deporte que contempla e-sports, una alerta vibratoria que te avisa si tus niveles de oxígeno en al sangre están bajos o una notificación que te recuerda tomar tu pausa activa en medio del teletrabajo”, señala Huamán.
También resalta el Galaxy Watch4 de Samsung, que mide con precisión la saturación de oxígeno durante el sueño y podría ser una herramienta para detectar la apnea obstructiva del sueño. El desarrollo de estos dispositivos podría ayudar a superar el alto costo y los requisitos hospitalarios asociados con las herramientas de medición tradicionales.
EL DATO.
Multisistema. La consolidación de estos dispositivos da pie al desarrollo de un ecosistema digital. Huamán sostiene que cada vez son más los consumidores que utilizan doble dispositivo: el smartwatch en su día a día y la banda para entrenar por un tema de comodidad. Por otro lado, Fitbit lanzó un servicio de suscripción y aplicativo móvil que permite a los usuarios profundizar en las estadísticas y los progresos de sus weareables.