André Agurto
Con la paralización de los conciertos, los grupos musicales han encontrado nuevas formas de conectarse con su público. Una de ellas es el streaming, por supuesto, pero hay otra, muy clásica, que vive una especie de boom desde que inició la pandemia.
“El videoclip nunca ha retrocedido”, afirma el reconocido director audiovisual Percy Céspedez. “La demanda subió mucho porque el artista siempre ha necesitado visuales, pero ahora los necesita sí o sí porque no tiene otra manera de comunicarse con sus fans”, agrega el realizador con 20 años de carrera.
-Convivir con la crisis-
Una clave para ser exitoso en este mercado es la adaptación, de acuerdo con Céspedez. Sin embargo, esta no se limita solo a lo vivido durante la pandemia, sino durante toda su trayectoria.
“Algo que he aprendido es que todo el tiempo estamos inestables. Básicamente por la coyuntura política. Cada vez que hay una crisis, hay problemas muy grandes de producción para los artistas y los inversionistas se retraen o no sueltan el dinero hasta que se estabiliza”, detalla. “Eso siempre ha afectado más que la pandemia”, se lamenta.
Es así como la inestabilidad del pasado le ha enseñado cómo capear el temporal actual. Pero sostiene que, si bien la demanda ha aumentado, no necesariamente lo ha hecho la inversión.
“Los músicos no están ganando y los pocos que pueden hacerlo son los establecidos, los que trabajan con marcas, la gente que ha sostenido sus proyectos bajo su propio capital y que no están pensando en un retorno inmediato, sino en construir una cuestión a lo largo de tiempo”, revela.
-Alternativas-
La pandemia ha hecho que el director genere alternativas a la hora de trabajar con sus clientes. “Normalmente llegan y nos piden un trabajo ideal que no está al alcance de sus posibilidades, pues en este país los videoclips se hacen del bolsillo del artista y no con una multinacional detrás”, dice.
Por ello, asegura que la única forma de hacer productos de calidad es haciendo trabajos realistas. “Nosotros les proponemos a los artistas que nos digan con qué recursos cuentan y trabajamos según las posibilidades”, dice el realizador.
Antes de la pandemia, por ejemplo, producir un videoclip con Céspedez podía costar entre los US$ 15 mil y US$ 35 mil. Y es que en general, según el director, un producto de este tipo no bajaba de los US$ 10 mil en cualquier productora profesional. De ese monto, al menos US$ 3,500 eran destinados a elementos de la producción como locación, actores, bailarines, entre otros.
Ahora, en tiempos de pandemia, existe la alternativa de coproducción, según Céspedez. “El precio es de US$ 6,500. Eso incluye edición, equipos, luces, personal, pero no cubre la producción. Y lo que quiere decir es que, si un artista o grupo tiene buenos contactos, puede conseguir locaciones o vestuarios que no le cuesten, coproduce el video y nosotros lo asesoramos”, asegura.
De otro lado, el director audiovisual sostiene que para producir un video de performance (un grupo tocando), el precio no baja de los US$ 3,500. “El dar facilidades de pago y adaptarnos a lo que el cliente quiere es algo que estamos haciendo. Además, contamos con material guardado que podríamos producir un año sin necesidad de filmar”.
-En corto-
Clase magistral. Este año, Céspedez espera poder ofrecer una masterclass o un taller “para promover toda la experiencia acumulada que he tenido”. La idea es que sea de utilidad para que una nueva generación de videastas se adapte mejor al mercado peruano, que es “muy particular”, según el director.