“Tenemos que remontarnos al siglo pasado, cuando entré a practicar por 90 días y todavía no se han dado cuenta que sigo por aquí”, bromea Mirko Astudillo cuando responde sobre su llegada a la compañía. Con una trayectoria de casi 20 años en PepsiCo y recorrer Venezuela y Guatemala de la mano de la empresa, Astudillo encabeza sus operaciones en Perú, Ecuador y Bolivia.
¿Cuál ha sido su camino en la empresa?
Me desempeñé en diferentes roles en el área de mercadeo, de ventas y de análisis de mercado. Tomé la gerencia general de Perú en el sector de bebidas, migré a Venezuela como director del negocio de bebidas también. Fue una experiencia muy enriquecedora, con todos los retos que un país en esa situación particular representaba.
A partir de allí se convirtió en el Market Unit Líder de Centro América y el Caribe…
Sí, después de Venezuela me mudé a Guatemala. De ambas experiencias me llevo la importancia y el poder que tienen las decisiones imperfectas. Decidir siempre va a ser mejor que no hacer nada porque te permite aprender de lo que has hecho. No todas las decisiones son un callejón sin salida; la vida es cuestión de analizar, probar y aprender algo de ello.
¿Cree que asumir decisiones arriesgadas es lo que más lo ha hecho crecer profesionalmente?
Sí, y es algo tremendamente vinculado a la cultura que tenemos en PepsiCo: el 70% de lo que aprendemos lo aprendemos haciendo, el 20% es a través de feedback y coaching y el 10% con entrenamiento formal. La profundidad que da este tipo de aprendizaje a tu formación como persona y como profesional es imborrable.
¿Cuál es su propósito como líder?
Nosotros vendemos snacks, pero nuestro propósito es contribuir en la construcción del país que queremos. Empezamos a hacer una sociedad justa al trabajar con un equipo que crece en base a la meritocracia, al cumplir nuestra palabra, al ser conscientes que todas nuestras acciones tienen consecuencias. Suena sencillo en el papel, pero la clave está en poder compartir y establecer ese propósito con todo el grupo humano. Finalmente, el reto del líder no es saberlo todo, sino poder armar el equipo correcto.
¿En PepsiCo han adaptado un sistema híbrido o siguen trabajando de manera remota?
Tenemos un esquema que se llama Work that works, que consiste en ir a oficina para cuatro cosas: celebrar, compartir, crear o colaborar. Más que un esquema fijo en el que tenemos que ir ciertas horas o ciertos días, si tienes que hacer una de las cosas mencionadas, la oficina está ahí para ti. No esperamos que las personas de nuestro equipo vayan a la oficina a responder correos porque creemos que puede invertir su tiempo de mejor manera.
¿Cómo ha sido el proceso de adaptación a este esquema?
No es un cambio 100% fácil, todo el equipo tenía claro que íbamos a estar aprendiendo, pero hemos tenido dos años de negocio muy buenos en plena pandemia en parte gracias a este método de trabajo. Requiere de mucha madurez de todas las partes del equipo y también que te puedas proyectar con mayor anticipación. Nos ha llevado a ser más intencionales con nuestra agenda y construir momentos especiales.
¿Cuáles son sus pasatiempos?
Por un lado está compartir con mi familia, que son mi esposa y mi hija adolescente de 15 años, si digo que es una niña se molesta. Me gusta mucho correr, es mi momento de reflexión conmigo mismo. Salgo de casa con un par de problemas a resolver y kilómetro a kilómetro van surgiendo las respuestas. También me encanta viajar por la riqueza del intercambio cultural y cocinar. No soy un experto, pero es una manera de retribuir el cariño que tengo por los míos.
Hoja de vida
Nombre: Mirko Astudillo
Cargo: General Manager de la región Sur Andina (Perú, Ecuador y Bolivia) de PepsiCo
Tiempo en el cargo: 4 años
Estudios: Administrador de empresas de la Pontificia Universidad Católica del Perú y MBA de la Universidad de Piura.