“En cuanto a la crianza, soy partidaria de una exposición mínima a la tecnología para los niños. Prefiero que disfruten de su niñez, desarrollen sus valores, sus habilidades sociales y su capacidad de aprendizaje. Ser mamá es un desafío, pero tengo el privilegio de poder equilibrar mi trabajo y la maternidad, algo que no todas las mujeres en el país tienen. Crear y formar hijos es una gran responsabilidad”, refirió Mariana Costa, CEO de Laboratoria. En entrevista con Gestión, Costa compartió su visión sobre el mundo del emprendimiento y los desafíos que enfrentó desde que fundó Laboratoria hace diez años.
Laboratoria nació en 2014. ¿Qué aprendizajes ha obtenido en los últimos diez años?
Ha sido un camino de vida increíble, uno que jamás imaginé cuando comenzamos. He tenido la oportunidad de construir una organización de impacto social que ha llegado a miles de mujeres y trabajado con muchas empresas. Nuestro crecimiento ha superado las fronteras de Perú, convirtiéndonos en una organización latinoamericana con una huella importante en otros países de la región.
Actualmente, contamos con cientos de colaboradores y hemos logrado un impacto importante en tecnología, promoviendo la diversidad y posicionando la economía digital como una fuente de oportunidades para más mujeres. Ahora estoy más enfocada en Laboratoria+, que representa el siguiente paso en nuestra misión, dirigiéndonos a mujeres que están avanzando en sus carreras y ocupando roles de liderazgo. Nuestra visión es lograr un mercado laboral más equitativo, que ofrezca más oportunidades de crecimiento para las mujeres, beneficiando a todos en el proceso.
Estuvo 9 años fuera de Perú. ¿Qué la llevó a emprender, considerando que tuvo la oportunidad de hacerlo en otros países?
Tuve la fortuna de estudiar y trabajar en el extranjero, asistiendo a grandes universidades y teniendo acceso a una vitrina global. Sin embargo, desde que me fui a los 18 años, sentía un fuerte deseo de regresar. Había disfrutado de oportunidades educativas que quería devolver al país. Siempre llevaba conmigo un compromiso por Perú, que se volvió una constante a lo largo de los años, al observar a otros peruanos en el extranjero con la misma intención de volver y contribuir.
Respecto a la decisión de emprender, mi experiencia fuera del país me ayudó a sentirme cómoda asumiendo riesgos. El emprendimiento social me pareció una forma efectiva de abordar los problemas de Perú, que a menudo requieren soluciones más allá de las que pueden ofrecer el Estado y las empresas. Sentía una fuerte necesidad de contribuir y crear un cambio innovador, lo que me motivó a tomar la decisión junto con mis socios de emprender.
¿Por qué se enfocó en las mujeres y en la tecnología en 2014?
Cuando comenzamos, lo primero que hicimos mis socios y yo fue establecer una agencia de desarrollo web, que era el área de especialización de uno de nosotros. Nos dimos cuenta de que el mercado digital estaba en plena expansión y había una demanda creciente de talento. En ese momento, la cantidad de programadores era insuficiente, y la programación era una de las pocas áreas donde se podía acceder a una carrera bien remunerada sin necesidad de una formación universitaria formal.
Sin embargo, también era evidente que había una escasez de mujeres en este campo, influenciada por muchos estereotipos de género. Quisimos desafiar esa situación no solo porque las mujeres se estaban quedando fuera de un mercado lleno de oportunidades, sino también porque la tecnología desempeña un papel crucial en la vida moderna. Sin una representación femenina en el diseño y la creación de productos tecnológicos, nuestras perspectivas quedaban limitadas.
Sentimos que era crítico incluir la visión de las mujeres en el ámbito tecnológico. Por ello, decidimos crear un movimiento que no solo formara directamente a miles de mujeres, sino que también las empoderara para inspirar a muchas más a involucrarse en el mundo de la tecnología.
¿Se considera una persona arriesgada?
Definitivamente. Emprender, migrar y reiniciar siempre conlleva la disposición de asumir riesgos. He tenido un entorno que me ha apoyado en este camino. He estado dispuesta a tomar riesgos porque cuento con ciertas credenciales que me brindan confianza. Tenía la seguridad de que, si algo no salía como esperaba, siempre podría encontrar otra oportunidad. Esa tranquilidad fue fundamental para facilitar mi capacidad de arriesgarme en esos momentos.
¿Qué sensación le causó estar en un panel con el CEO de Facebook y ser elogiada por el entonces presidente Barack Obama?
El encuentro con Mark Zuckerberg tuvo lugar en la cumbre global de emprendimientos de la Universidad de Stanford. Para mí, fue una oportunidad maravillosa. Soy una gran admiradora de Barack Obama, así que conocerlo fue uno de esos pequeños regalos que la vida ofrece. A pesar de estar nerviosa, ya que acababa de ser madre, ese momento es algo que siempre recordaré. Representa una señal de lo que es posible alcanzar. Cuando uno emprende, se da cuenta de que Perú es un país pequeño, pero nuestras acciones pueden influir en personas muy importantes a nivel global. Esto demuestra que, con trabajo duro y un poco de suerte, es posible lograr grandes cosas. En ese entonces, tenía entre 27 y 28 años.
¿Era consciente de que, en ese momento, se había convertido en un ejemplo para las jóvenes con ganas de emprender?
En ese entonces, no era consciente de ello. Fue algo que se fue revelando con el tiempo. Hoy, al mirar atrás, me siento honrada de ser vista así, ya que también tuve mujeres y hombres que fueron referentes para mí. Admiré a muchos emprendedores sociales que me inspiraron y me mostraron que lo que quería hacer era posible. Ver cómo Laboratoria crecía y cómo también nos convertíamos en un referente para otros ha sido algo realmente especial.
¿Qué retos ha enfrentado como una líder joven?
He enfrentado retos de todo tipo. Comenzamos siendo un equipo de cuatro personas, y en nuestro mayor momento de expansión llegamos a tener más de 100 colaboradores. Escalar a otros países, asegurar financiamiento, ganarnos la confianza de las empresas y cambiar paradigmas han sido desafíos importantes. A nivel profesional, asumir el rol de portavoz de nuestro trabajo también ha sido un reto.
¿Usted tiene tres hijos? ¿Se considera una mamá apasionada?
La maternidad es algo que me encanta y me hace muy feliz, aunque también es agotadora. Sin embargo, es parte del camino. Me siento afortunada de poder construir mi familia y de ser un ejemplo para mis hijos. Ellos son una gran motivación para mí. Quiero criarlos para que sean personas comprometidas, empáticas y de buenos valores, y que comprendan el impacto que mi carrera tiene en la sociedad, inspirándolos a seguir sus propios propósitos.
En cuanto a la crianza, soy partidaria de una exposición mínima a la tecnología para los niños. Prefiero que disfruten de su niñez, desarrollen sus valores, sus habilidades sociales y su capacidad de aprendizaje. Ser mamá es un desafío, pero tengo el privilegio de poder equilibrar mi trabajo y la maternidad, algo que no todas las mujeres en el país tienen. Crear y formar hijos es una gran responsabilidad.
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Licenciada en Periodismo por la Universidad Jaime Bausate y Meza con 20 años de experiencia profesional. Laboró en medios de comunicación como TV Perú y Perú21. También ejerció en gremios como la SNMPE y SNI. Desde el 2016, es parte del diario Gestión.
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