El arte peruano, a nivel internacional, está viviendo un gran momento. Tal vez el indicador más contundente es la participación de obras de ocho artistas locales en la Bienal de Venecia (del 20 de abril al 24 de noviembre). También es relevante el hecho de que una peruana, Sandra Gamarra, sea representante del pabellón español en dicho evento, uno de los más importantes del mundo. Y estos logros no son casualidad.
“Es un hito histórico. Responde a la difusión que se viene haciendo desde hace años dentro y fuera del Perú. El arte es un ecosistema. Y dichos esfuerzos nos han llevado a este momento tan importante”, afirma Talía Durand, presidenta del Comité de Subasta del Museo de Arte de Lima (MALI).
El MALI ha tenido un rol clave en la mayor exposición de artistas locales fuera del país. Desde hace varios años, el museo ha impulsado el arte contemporáneo peruano, el moderno y el popular. También ha sido vitrina para el arte amazónico (las obras de Chonon Bensho, que han concitado interés de varios países, también forman parte de la colección del MALI), la fotografía y, más recientemente, el arte textil.
Los miembros de sus comités, que en muchos casos también son coleccionistas, constantemente participan de ferias y otros eventos en Europa y Estados Unidos donde promueven la escena artística local. Y entre estos espacios de difusión, explica Alberto Rebaza, presidente del Consejo Directivo del MALI, las subastas del museo, que se realizan dos veces al año, también han acompañado el proceso. Sobre todo, con su reciente enfoque de internacionalización.
Subasta de abril
El 6 de abril en la Casa Prado (Miraflores) se llevará a cabo la XXXI Subasta de Arte del MALI. Talía Durand comenta que una de las particularidades de esta edición será la presentación de microsesiones.
“Vamos a destacar diferentes corrientes. Habrá una microsesión de fotografía, de arte contemporáneo, arte moderno, artes aplicadas. También una con obras de artistas que serán presentados en la Bienal de Venecia de este año”, afirma la presidenta del Comité de Subasta del MALI.
Esta ocasión será la tercera en la que también se podrá pujar por las obras a través de la plataforma virtual Bidsquare. Así, interesados de cualquier parte del mundo podrán adjudicarse obras si así lo desean. De igual forma, habrá tres espacios “satélites” desde donde se podrá seguir la subasta: uno en la galería Albarrán Bourdais (Madrid) y otros dos en Londres y Miami, en casa de coleccionistas.
Los precios de las obras oscilan desde los US$ 150 y llegan hasta los US$ 45,000 aproximadamente. Por la dinámica de la subasta, podrían terminar muy por encima de estas cifras. En la edición de mayo del 2023, una obra de Fernando de Szyszlo se adjudicó por US$ 80,000 y su precio base fue de US$ 50,000.
“La subasta del MALI tiene un doble componente: es posible hacerse de una obra interesante y, al mismo tiempo, apoyar al museo”, afirma Alberto Rebaza (lo generado por las subastas representan entre el 5% y el 10% de los ingresos anuales del MALI). Además, considera, se ha convertido en una fuente de aprendizaje y desarrollo de la escena artística.
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Editor central del diario Gestión. Cuenta con más de 10 años de experiencia en el rubro. Estudió Comunicación Social en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM).