Hay canciones que, así pasen los años, quedan retenidas en el imaginario colectivo. En el Perú, la agrupación de cumbia Armonía 10 tiene más de una. ¿Quién no conoce, por ejemplo, parte de la letra de “El cervecero” o bailó “Hasta las seis de la mañana”? La orquesta norteña siempre está como banda sonora del sentir popular.
Hace 12 días, el colectivo con 47 años de trayectoria, llegó también a los escenarios de rock. Los norteños compartieron espacio con bandas como The Strokes y Fito Páez en el festival Vivo x el Rock. Ser elegidos para un evento con grupos de ese género causó que las redes se dividieran entre simpatizantes y detractores. Sin embargo, esa noche su presentación fue una de las que mejor aceptación tuvo entre el público, que pedía más canciones cuando les tocó irse.
Un nuevo público para la cumbia
Para Armonía 10, tocar en el Vivo x el Rock no fue la primera experiencia con un público distinto al que están acostumbrados. El año pasado, la misma productora los contrató para presentarse en el Alternat ivo Fest. Aquella vez, salieron al escenario después de Libido. “Nos preguntábamos si la gente iba a bailar o si al menos iban a aplaudir cuando nos tocara salir”, recuerda Paul Flores, vocalista del grupo.
Los nervios dieron paso al asombro cuando empezaron a cantar y un público de entre los 18 y 25 años, en su mayoría, no solo bailaba, sino que sabía las letras de los temas que tocaron aquella noche. “El Vivo x el Rock reconfirmó lo que ya habíamos podido ver el año pasado”, afirma Luis “el Gato” Bazán, uno de los integrantes con más tiempo en Armonía 10. “Este es un trampolín no solo para nosotros, sino para todos los grupos de cumbia”, agrega el animador.
Bazán sostiene que los chicos de ahora, centennials y millennials peruanos, llegan al grupo a través de las plataformas digitales. “Son los hijos de quienes escuchaban a Armonía 10 en sus inicios. Nos descubren mediante YouTube y por las redes sociales”, explica.
Una red armoniosa
Los músicos norteños ponen especial énfasis en tener sus canales digitales actualizados. Les sirven para conservar contacto con un público ya cautivo y fidelizar a las nuevas generaciones. En Facebook, donde cuentan con 192,000 fans, comparten no solo las fechas de sus conciertos, sino contenido audiovisual de la historia del grupo e incluso interactúan a través de memes con los nuevos oyentes.
“Las redes sociales influyen muchísimo hoy”, dice Charly Carmona, otro de los vocalistas de la agrupación. “Antes la radio era la forma más rápida de llegar, pero ahora ya no es tan necesaria”, añade. Y es que, según Bazán, antes pagaban entre US$ 2,000 y US$ 3,000 al mes a cada radio por comprar espacios en su programación y poder así difundir la nueva música. “Ese era el negocio y uno tenía que trabajar para ellos”, señala Bazán.
En el caso de YouTube, también trabajaron para recuperar el contenido de Armonía 10 que era subido por otros usuarios y por el que cobraban. “Con YouTube y el streaming el beneficio ahora se lo lleva la empresa y no personas ajenas”, afirma Flores.
Una empresa familiar
Armonía 10 nació en 1972 en un barrio de Piura. Su fundador, Juan Lozada, era el padre de Walter Lozada, quien en la actualidad es el director musical y arreglista de la orquesta y accionista mayoritario de la empresa. Su hijo también está a cargo de diversas funciones en esta suerte de empresa.
A su cargo y por el grupo pasaron grandes nombres, como Percy Chapoñay y el recordado Makuko Gallardo, entre otros. No en vano la agrupación es conocida como ‘la universidad de la cumbia’.
En la actualidad, Armonía 10 está conformada por alrededor de 60 personas. En escenario son 18 personas, entre músicos y cantantes, y el resto son choferes, técnicos, ingenieros de sonido, de luces, entre otros profesionales que hacen posible el show.
Cuando la orquesta tuvo su primer pico de popularidad, allá por la década del 90, una presentación podía contar entre S/ 10,000 y S/ 15,000 de la época. Hoy la cifra puede llegar como mínimo a S/ 30,000, dependiendo del lugar y la fecha del evento. “Hoy la competencia es mayor. Hay orquestas que incluso cobran más, pero Armonía 10 tiene una ventaja: sus canciones hacen que la gente consuma más”, dice entre risas Bazán.
En un buen mes, brindan alrededor de 20 shows. En caso haya fechas libres, la compañía también tiene una productora que puede organizar un concierto por su cuenta.
En la próxima fiesta de Año Nuevo, en que darán dos conciertos, ya tienen la fecha reservada desde hace seis meses.
Un laboratorio norteño
La orquesta también cuenta con un equipo encargado de la parte creativa. Se trata de compositores y músicos que a diario trabajan por crear los próximos hits de la cumbia nacional, según Bazán.
Una vez que llegan a una canción que podría “pegar” entre los oyentes, la promocionan primero en la zona norte del Perú. Talara, Sullana, Tumbes, entre otras ciudades norteñas. Si pasa el filtro de los fans de allá, entonces está lista para ser difundida por todo el Perú y ser tocada en los conciertos.
Una imagen que cuidar
Bazán cuenta que hace dos meses el directorio de la empresa contrató un asesor de imagen para la orquesta. “Nos querían cambiar el look, bajar de peso, hacer depilación y tratamientos faciales”, recuerda.
Pero a los pocos días el profesional se dio cuenta de que su tarea era imposible, evocan entre risas los integrantes a Gestión.
“Armonía 10 nunca cayó en la moda de poner una cara bonita o alguien famoso a cantar”, indica Flores. “Eso vende para un público, pero no para el nuestro. La punta de lanza de Armonía 10 es el estilo y la cumbia fuerte”, añade. Y es que, según los integrantes, la formación de Armonía 10 es diversa. Hay de todo, como sucede con sus oyentes. “Ya lo comprobamos. En el Perú, al que le gusta el rock, también baila cumbia y salsa”, remata el animador.