En 2020, los contratiempos que trajo la pandemia motivaron a que las organizaciones peruanas pisen el acelerador de su transformación digital y emprender cambios que venían haciéndose de forma paulatina. Sin embargo, luego de superada esta crisis, en el último año algunas de estas empresas han ralentizado su avance por distintas razones.
Así lo evidencia la última Encuesta de Madurez Digital de EY, que analiza y mide el grado de transformación de las empresas en términos digitales en el último año y en la que se evidencia que en índices generales ha habido una desaceleración en el avance de la madurez digital de las empresas peruanas.
“Del 2021 al 2022 hemos percibido una ralentización, principalmente porque algunos sectores no han continuado (sus procesos) o han descuidado estos”, comenta Francisco Escudero, associate partner de Consultoría de EY Perú, quien precisa que un fenómeno similar se vive en toda Latinoamérica, donde también se realizó esta encuesta.
En el caso peruano, el sondeo, que se realiza desde 2019, contó con 147 participantes de 16 sectores industriales.
Para Alberto Arozena Rotta, profesor de Pacífico Business School, existen varios factores que explican esta ralentización. “Uno es la situación económica y política (nacional e internacional), que hace que se tengan que posponer inversiones y reducir presupuestos para mantener la operación; y otro es que las restricciones de la pandemia ya no existen y es posible salir a la calle a comprar o consumir los mismos productos que antes los pedíamos online”, explica.
Los siete ámbitos empresariales
El estudio de EY Perú abarca siete ámbitos organizacionales. Estos son: estrategia e innovación, experiencia de cliente, operaciones y cadena de suministro, áreas administrativas, información y tecnología, riesgo y seguridad cibernética, y cultura y organización.
“La lógica implica que si estoy bien en un aspecto pero mal en otro, no alcanzaré la madurez plena”, precisa Escudero.
De acuerdo con el experto, en el último año se ha percibido que las empresas están enfocándose nuevamente en su estrategia e innovación y, por lo tanto, destinan mayores recursos hacia estos. “De otro lado, hemos visto un descenso, principalmente, en los temas de riesgo y ciberseguridad, áreas administrativas y de soporte y en el tema de operaciones y cadena de suministro”, indica el associate partner de EY.
La tendencia señala, además, que las organizaciones mantendrán su foco en esos aspectos empresariales durante el 2023, de acuerdo con EY Perú. “Es como si las empresas se hubieran visto obligadas a emprender una transformación digital a punta de pistola durante la pandemia porque no podían operar o vender. Entonces, tuvieron que hacerlo muy rápido, enfocándose en ciertos aspectos, pero eso no ha sido sostenible en el tiempo por las mismas limitaciones de la postpandemia”, detalla Escudero.
Asimismo, según Arozena Rotta, los ejecutivos realmente tienen claro todo el esfuerzo y cambios organizacionales, culturales y de mindset que representan el llevar a cabo este tipo de iniciativas de alcanzar la madurez digital de una organización. “Y, por supuesto, también del lado de los clientes que, al fin y al cabo, son quienes también utilizan los servicios digitales y, si no les ofrece una experiencia superior o se reduce el costo de la transacción, no las van a utilizar”, añade.
Sectores que se retraen
Hay sectores con distintos niveles de madurez digital. Los que tienen los índices más altos, llevan al menos 10 años implementando medidas para alcanzarla. “Banca, telecomunicaciones y retail empezaron mucho antes que otros”, dice Escudero.
Hay otro tipo de sectores que habían avanzado poco o casi nada y durante la pandemia tuvieron que hacerse fuertes o, de lo contrario, dejaban de operar. Entre ellos están, por ejemplo, educación y salud, de acuerdo con el documento de EY.
Este año, además, hay empresas de ciertas industrias que han desacelerado su transformación digital: educación, construcción e inmobiliaria y retail. “Empezaron a hacer una serie de iniciativas y no lograron el objetivo porque les faltaba el resto de la cadena de valor para poder tener una transformación válida en el tiempo y que brinde un retorno de inversión”, dice el especialista de EY.
“En educación, por ejemplo, la gran mayoría de colegios y universidades ya han vuelto a la normalidad con clases presenciales, aunque hay ciertos segmentos (sobre todo en postgrado) en los que se prefiere en muchos casos un entorno remoto y virtual”, explica el docente de la Universidad Pacífico.
Asimismo, argumenta que en el sector inmobiliario la adquisición de un bien inmueble se sigue viendo como algo físico dada la inversión, “aunque hay etapas dentro del customer journey que bien pueden ser virtuales sin mayor problema”. Finalmente, en el retail es un poco más de lo mismo que en las anteriores.
Los que avanzan
Los sectores que han crecido en madurez digital, según el estudio, son minería, salud, agroindustria, e hidrocarburos, pues estos han incorporado tecnología en ámbitos organizacionales donde antes no existía.
En cuanto a niveles de inversión en temas de digitalización, Escudero sostiene que los que más capital destinan son los de hidrocarburos, consumo masivo, retail y los de servicios profesionales, categoría donde entran diversos tipos de empresas, desde consultoras hasta estudios de abogados. “No me sorprenden los primeros porque son los que tienen mayor presupuesto. En el caso de retail y consumo masivo, tienen ya toda una infraestructura y no requieren grandes inversiones”, acota.
En ese sentido, el estudio también segmenta a las empresas por tamaño. Según este, el 48% de las organizaciones encuestadas que venden más de US$500 millones aumentaron su presupuesto para avanzar en su madurez digital. De otro lado, de las compañías cuyas ventas están entre US$50 y US$500 millones, el 63% hizo crecer su inversión en transformación digital. “Es interesante conocer que no solo las grandes han aumentado (su inversión), sino también las medianas”, dice Escudero.
En el caso de las que facturan US$50 millones o menos, un 43% de ellas aumentó su presupuesto entre el 2021 y 2022.
Desafíos principales
Para pequeñas, medianas y grandes empresas existe el mismo desafío cuando hablamos de transformación digital. Este está relacionado a la falta de personal capacitado para llevar a cabo estas modificaciones. “Es un punto crítico y bastante recurrente. Casi el 47% considera que es la principal limitante. El presupuesto queda en cuarto lugar. Las empresas tienen el dinero, pero les falta gente”, apunta Escudero.
Otros obstáculos para emprender estos cambios son la falta de tiempo y la resistencia al cambio.
De otro lado, Escudero cuenta que en el último año se ha descuidado el tema de ciberseguridad en favor de destinar recursos a otros aspectos. “Si el sistema de facturación de mi empresa está conectado a internet y me hackean, van a robar data de mis clientes. Pero cuando entras a un tema de transformación digital, hay mayor integración con otros sistemas. Por ende, por un rincón que se descuide los ciberdelincuentes pueden tener acceso a toda la información”, explica.