Durante los últimos cinco años, Jonathan Stein se ha dejado “arrastrar” por la fiebre del vinilo en Estados Unidos, describe. Como muchos estadounidenses, ahora frecuenta tiendas de discos de su alrededor, algo que se ha convertido en un pasatiempo para él.
El auge del vinilo ha venido para quedarse. Tan solo en el primer semestre de 2023, su venta en el país ha aumentado un 21.7% respecto al mismo periodo en el año anterior, de acuerdo con datos de un nuevo informe de la empresa de datos de entretenimiento Luminate, publicado esta semana.
El crecimiento de los últimos seis meses es significativo, puesto que el año pasado por estas fechas el estudio de Luminate solo apuntaba una subida del 1%, lo que hizo pensar que el mercado había tocado techo, pero no ha sido así.
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Una tendencia al alza que se consolida después de que 2022 marcara 17 años consecutivos de subida de ventas de vinilo, Además, el año pasado, los vinilos sobrepasaron en ventas a los CDs por primera vez desde 1987, documentó el reporte de la Asociación de la Industria Discográfica de Estados Unidos.
El estudio de Luminate también muestra esta tendencia, ya que en el primer semestre se han vendido 23,6 millones de vinilos frente a 17,5 millones de CDs.
Mientras busca discos en una tienda de Washington, Stein, de 37 años, declara a EFE estar “bastante metido” en esta afición que ya es masiva en el país.
“Me he dejado arrastrar por ello, ahora voy frecuentemente a tiendas de discos y se ha convertido en una especie de ‘hobby’ durante los últimos años”, admite.
Como también lo ha sido para algunos de sus amigos de la misma edad. Además, Stein señala que últimamente ve más caras jóvenes en las tiendas especializadas de música y observa que “la gente mayor mira los CDs y la gente más joven mira los vinilos”.
Una imagen que confirman las cifras, porque según Luminate el perfil mayoritario del comprador de vinilo es el de alguien de la generación Z, la que forman los nacidos entre finales de los noventa y principios de los 2000. Sin embargo, cuando se habla de consumidores de música en físico en general prevalece la generación X, nacidos entre los años sesenta y ochenta.
Stein se encuentra en Som Records, una pequeña tienda de música escondida en la calle 14, llena de restaurantes y locales nocturnos en el centro de Washington.
Su dueño, Neal Becton, montó Som Records hace 15 años, dejando atrás una década como periodista en el Washington Post.
Becton notó cómo más clientes acudían a su recoveco musical poco antes de la pandemia. A partir de entonces, el “boom” no ha parado de crecer, cuenta a EFE.
“Cuando abrí el negocio, recibía sobre todo a DJs y coleccionistas, más o menos mis dos principales clientes. No tenía muchos jóvenes, a menos que estuvieran en la música club o algo así. Y ahora vienen niños de secundaria, jóvenes de 18 años, familias que compran juntas”, apunta.
Desde Taylor Swift a los Beatles, este apasionado del vinilo describe que los gustos de los jóvenes que adquieren música en este formato son muy amplios, pasando por los clásicos y llegando a artistas que rompen las listas actuales.
Lo que sorprende es que cerca de la mitad de personas que compran vinilos ni siquiera tienen un tocadiscos. Según el informe de Luminate solo el 50% de los consumidores de vinilos del último año asegura tener el aparato para poder escucharlos.
Muchos son, en definitiva, coleccionistas, y cada vez hay más.
Detrás del mostrador y ordenando cajas de éxitos, Becton anhela que este apogeo siga girando, para poder seguir compartiendo ejemplares con nuevos melómanos de la industria del vinilo.
Fuente: EFE
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