Jugadores como Paolo Guerrero, Jefferson Farfán y Gianluca Lapadula forman parte de una larga lista de profesionales del fútbol consolidados a nivel internacional que fueron captados cuando eran niños por un scouting, que es un cazatalentos que observa el antes, durante y después de los futuros cracks.
Sin embargo, ¿qué tan arraigada está esta práctica en nuestro fútbol, cómo funciona el scouting y por qué resulta rentable para los clubes y la selección peruana rastrear futbolistas dentro y fuera de nuestro país?
“El scouting es un área estratégica que apoya a la gerencia deportiva a hacer seguimiento de jugadores de fútbol. Un jugador de fútbol es un activo para el club y si uno adquiere un activo, es para rentabilizarlo, obtener logros económicos y deportivos”, explica Mirko Gonzales, director de Scouting Perú, a gestion.pe.
Para Gonzales, lo ideal es que el futbolista que se capta, adquiera valor económico y deportivo a largo plazo. “Lo primero es comprar al jugador a un precio bajo y venderlo a uno superior; mientras que lo segundo es traerlo para ganar campeonatos y participaciones en torneos internacionales”, agrega.
En el Perú, pocos son los clubes que se dedican a hacer scouting de manera profesional. Sporting Cristal, Alianza Lima y San Martín son algunos de ellos, mientras que en Universitario de Deportes, la nueva administración tiene la intención de implementar esta área en los próximos meses.
“Si uno sale a buscar, tiene que tener en claro, primero, cuál es la idea de juego del club; segundo, los perfiles de los jugadores que el club demanda y eso se determina de acuerdo al trabajo conjunto de la gerencia deportiva y el comando técnico”, detalla Gonzales al respecto.
La captación de un futbolista va necesariamente de la mano con el proceso de formación del mismo; es decir, darle la ayuda necesaria como club para que pueda desarrollarse y debutar en Primera División y, en el mejor de los casos, convertirse en un activo que pueda generar ingresos significativos para la institución mediante una futura venta al exterior.
“En cualquier parte del mundo [captar jugadores] es rentable. A veces escucho comentarios ‘el negocio ha matado el fútbol’ y esa es una frase totalmente sin sustento, porque sin negocio no hay fútbol. No hay forma de que un futbolista sea profesional sin ver esto como un negocio. Por algo se compran y venden jugadores, con eso te sostienes”, asegura Víctor Zaferson, periodista y scouting peruano, a gestion.pe.
El problema de la formación
La formación de futbolistas es un trabajo clave en cualquier fútbol del mundo para extender el universo de jugadores en el mercado internacional. En nuestro país, Sporting Cristal es uno de los que mejor trabaja en formación. También Alianza Lima y San Martín destacan en ese sentido. Sin embargo, no es común que haya futbolistas formados íntegramente en un solo club. “Hay jugadores que han pasado por dos o tres clubes antes de los 18 años. Entonces, los clubes grandes van captando a los mejores de los clubes chicos”, explica Zaferson.
Pero el esfuerzo que se hace por formar no es suficiente. “Del 1 al 10 en formación, estamos en 3 [...] somos un país de más de 30 millones de habitantes y tener 20 formadores muy buenos es realmente poco”, dice Zaferson. Y esa situación “nos pone en el último lugar de Sudamérica, superados incluso por Bolivia, cuyos futbolistas menores de 23 años son más completos y mejor preparados que los peruanos”.
El desafío pasa por hacer un trabajo de formación completo bajo cuatro pilares: mente, técnica, táctica y físico. “El chico tiene que estar bien alimentado, con un nutricionista que lo asesore. Que tenga un entrenador para que pueda enseñarle a jugar en todas las posiciones, que sepa controlar su cuerpo, los movimientos que debe hacer, patear con las dos piernas, que sepa correr la cancha y decidir”, detalla Zaferson.
En ese sentido, es muy difícil que un futbolista peruano de la Liga 1 sea vendido al exterior, donde el mercado internacional exige cada vez más que los jugadores rindan a un alto nivel y que cuenten con un alto rendimiento físico los 90 minutos de juego. “El último futbolista de la Liga 1 que salió vendido al extranjero fue Gabriel Costa, de Sporting Cristal a Colo-Colo, que no nació en el Perú y fue formado en Uruguay”, afirma Zaferson.
Para nadie es un secreto que el mercado peruano no es atractivo en el exterior. Los clubes internacionales ya tienen establecidas ciertas características de acuerdo a las posiciones en el campo a la hora de buscar jugadores para una futura compra. “Si uno quiere buscar un defensa central, siempre está mirando el mercado argentino, uruguayo o paraguayo; si uno quiere fichar extremos, se fijan en los colombianos o ecuatorianos. […] Perú es muy rico en el juego técnico y prueba de ello son jugadores como Tapia, Yotún y Aquino”, comenta Gonzales.
Lapadula y el trabajo de la FPF
El trabajo del scouting no solo se realiza en los clubes, también se hace en las selecciones nacionales. En la Federación Peruana de Fútbol (FPF), el área de scout se creó con Daniel Ahmed en el 2016, junto a Fernando Nogara y Nicolás Pedemonte. En la actualidad, la responsabilidad recae en Ernesto Arakaki, Pablo Bossi y Daniel Morales, quienes hacen un trabajo de monitoreo a nivel nacional e internacional, aunque todavía insuficiente.
Parte del trabajo es hacerles seguimiento a futbolistas con raíces peruanas que están distribuidos en el mundo. Por ejemplo, el año pasado empezó la búsqueda y hasta hace un mes se han identificado alrededor de 500 futbolistas de origen peruano en el mundo. De ese total, unos 40 alcanzan el alto nivel de competencia. “Habría que ver de esos 40 a cuántos se les ha analizado en vivo o partidos enteros, por lo menos unos 15 o 20 partidos completos, para ver si realmente alcanza para jugar en una selección juvenil. […] Me atrevería a decir que en unos 5 años puede haber una selección peruana Sub-23 con nacidos o formados en el extranjero”, detalla Zaferson.
La apuesta por el scouting en la FPF tiene un factor clave: Gianluca Lapadula. La aparición del delantero ítalo-peruano ha marcado un antes y un después, de manera que el trabajo de captación se ha intensificado desde entonces. “Lapadula vino y su juego convenció […] creo que con su rendimiento superlativo en la selección en la FPF son más abiertos en buscar jugadores así en el exterior. La gente que trabaja en menores tiene claro que hay que captar de afuera todo lo que se pueda”, insiste Zaferson.
Para el periodista y scout, el tema de captar jugadores en el exterior va más allá del sentimiento que tengan por el Perú porque lo realmente importante es el rendimiento en la selección. “A mucha gente le molesta, por ejemplo, que Santiago Ormeño sea recontra mexicano. Él es mexicano, pero optó jugar por Perú porque se quedó sin sitio en México. […] Lo mismo con Lapadula. Claramente él es muy italiano y ha decidido venir al Perú porque su mamá es peruana”.
Convencer al jugador del exterior también es parte fundamental de este proceso y en la FPF tienen conocimiento de ello. Ya no esperan a que el futbolista toque la puerta de la Videna para ofrecerse a jugar por Perú, sino que ahora salen a buscar al mercado dentro de las limitaciones que se tiene. Pero es un punto de inicio y la práctica debe ser constante. Cambiar la realidad del fútbol peruano depende de un trabajo honesto y eficiente.