La imagen de un adolescente con sobrepeso encerrado en su habitación está lejos de ser la realidad de los gamers.
La imagen de un adolescente con sobrepeso encerrado en su habitación está lejos de ser la realidad de los gamers.

Se ha terminado eso de buscar mejorar en un solo a base de practicar durante horas: para que un jugador sea competitivo en los es clave pensar en el desarrollo de su , subrayan desde el Team Liquid, uno de los equipos más importantes de esa disciplina.

En el centro de entrenamiento de esa formación en Utrecht (Holanda), el preparador David Tillberg-Persson mira concentrado a la pantalla.

Con ayuda del teclado debe reconocer formas y “atrapar” puntos rojos. Anticiparse, ver, reaccionar. Cada vez más rápido.

Tillberg-Persson, alias ‘Fuzzface’, es un exjugador sueco de 28 años que se ha prestado a un test de un nuevo programa de entrenamiento, antes de que sea puesto a disposición de los equipos del Team Liquid que participan en las principales ligas profesionales de los eSports, las competiciones de videojuegos.

La imagen de un adolescente con sobrepeso encerrado en su habitación está lejos de ser la realidad de este sector, que ha experimentado una rápida profesionalización, con equipos y competiciones que generan varios millones de dólares y con jugadores que llevan una forma de vida ejemplar, alejadas de los excesos.

Con un vivero de talentos que no cesa de crecer gracias a la incorporación de las nuevas generaciones, la competición es cada vez más equilibrada y los equipos buscan cómo optimizar el aspecto cognitivo, primordial en un campo en el que cada milisegundo tiene su importancia.

“Revolucionario”

Calificado de “revolucionario” por Team Liquid, el nuevo programa de entrenamiento, bautizado como The Pro Lab, ha sido también puesto en funcionamiento en California, donde tiene sede el equipo.

“Creemos que The Pro Lab generará sensación en la industria del eSport y más allá”, afirma el holandés Victor Goossens, fundador y uno de los dirigentes del Team Liquid, citado en un comunicado.

“The Pro Lab es un espacio de entrenamiento único en su género, apoyado por la ciencia del eSport y que cambia fundamentalmente no solo la manera en la que los deportistas se entrenan, sino también la manera en la que crecen y evolucionan en la industria”, explica el equipo.

Los jugadores del Team Liquid, jóvenes que viven en diferentes lugares del mundo, van a someterse a test cognitivos y a juegos relativamente sencillos, y los resultados serán luego analizados para detectar posibles lagunas y constatar sus cualidades.

Los test están clasificados en cuatro categorías principales: atención, memoria, control y anticipación.

“Tratamos de utilizar la tecnología y los datos para hacer que el entrenamiento sea más eficaz que el que conocemos, que estar detrás de un PC durante ocho horas” jugando partidas y analizándolas con un ‘coach’, explica Brittany Lattanzio, directora deportiva en Team Liquid.

En los eSports de “muy, muy alto nivel”, “el más pequeño detalle puede hacer que tu equipo sea mejor que los demás”, apunta esta canadiense de 32 años.

El objetivo es determinar actividades de entrenamiento para cada jugador, con la misión de mejorar la concentración, la velocidad de reacción o la memoria.

“Vanguardia”

“Todos los deportistas de Team Liquid van a jugar a los juegos y, sobre esta base, vamos a obtener muchos datos con los que crear perfiles”, explica Rafick de Mol (28 años), analista en BrainsFirst, la empresa neerlandesa encargada de la puesta en marcha del Pro Lab.

“Se trata de un desarrollo bastante reciente y estamos en la vanguardia de esto, lo que puede suponer un valor añadido ya que suministra informaciones que otros test o conversaciones no facilitan”, destaca De Mol. “Esto forma parte del futuro del eSport”, sentencia.

‘Fuzzface’, entrenador de un equipo que juega a PlayerUnknown’s Battlegrounds (PUBG), un videojuego de combate y supervivencia multijugadores, espera con impaciencia los primeros resultados.

“Históricamente, el entrenamiento en el eSport se concentra únicamente en los rendimientos en el juego”, destaca este entrenador, que forma parte de los veteranos en un sector “muy joven”.

“Lo que está bien con los videojuegos es que se implica de verdad a la tecnología, un mundo en constante evolución”, señala Brittany Lattanzio. “Hay más herramientas que se pueden utilizar en un ordenador que las que pueden usarse en un campo de fútbol”, afirma.