André Agurto
La particularidad de Daniela Darcourt no cae solo en sus cortos 24 años o su talento, sino en la estrategia con la que encamina su carrera. El año pasado, la cantante lanzó un álbum de temas propios marcando la diferencia entre los salseros del momento que seguían la fórmula de éxito, el cover. Este año, dio los primeros pasos hacia la internacionalización mediante una colaboración con Tito Nieves y luego en una producción junto a Tony Succar.
¿Cómo la paralización por la pandemia cambió su rutina de eventos?
Antes en una semana hacía entre 10 y 15 horas de show. Y al mes se hacían entre 30 y 45 eventos. Sobre todo hacíamos presentaciones en discotecas o explanadas que congregaban más de 3,000 personas. Y en los eventos corporativos, que son los más rentables, se llegaba facturar hasta S/ 35 mil.
¿Cuántas personas integran su equipo en el escenario?
Son 23 personas, incluyendo staff técnico. A pesar de que no estamos percibiendo los mismos ingresos y que el presupuesto se ha reducido a la mitad, conservo mi equipo tal cual. No nos abandonamos, hay trabajo para todos.
Ya ha incursionado en los conciertos virtuales, ¿cómo ha sido la acogida?
Se han conectado más de 10 mil personas. La acogida varía mucho según la fecha que decidas.
Entonces, hay un público importante dispuesto a pagar por volverla a escuchar cantar.
Hay múltiples factores emocionales que intervienen en esto. Las personas extrañan llegar al fin de semana y ver a su artista preferido. Pagan por la emoción de sentir que regresaron de alguna forma a la discoteca, de escuchar su canción favorita.
¿Se puede fidelizar a este público en los conciertos online?
Tampoco quiero saturar a las personas con un concierto virtual al mes o uno cada quince días. Es mucha información, sobre todo porque en estos momentos hay otras prioridades. Y, siendo honesta, prefiero hacer los shows cuando me plazca sin mucho cálculo matemático.
¿Conservaría los conciertos virtuales después de la pandemia?
Lo podría considerar, pero creo que ayudaría más no hacerlo para no malacostumbrar a la gente con el mismo precio. Los artistas estamos esperando y haciendo todo para volver al escenario, que es lo que nos mantiene vivos.
¿Tenía alguna gira programada este año que se tuvo que cancelar?
Sí, en Canadá, EE.UU., Europa, y muy posiblemente en Japón. Pero el 2021 se viene con todo y espero reanudar esos proyectos.
¿Cómo venía trabajando la internacionalización de su orquesta?
Siempre me contacto con muchas personas, sobre todo productores. Internacionalizarse no toma unos días, puede tardar incluso años dependiendo del trabajo en equipo. Me parece que estamos avanzando rápido.
En una etapa en la que se lanzan sencillos más que discos, ¿tiene algún álbum en camino?
Sí, estoy trabajando en un álbum completo para postular en los Latin Grammy. También se vienen sencillos y sorpresas que iré contando poco a poco.
¿Cuál considera que es su mejor estrategia de marketing?
Cuanto más orgánico y natural sea tu contenido, mejor entretienes a tu público. Te acerca a este de una manera más real, no eres tan inalcanzable.
¿A qué se refiere?
Que un ama de casa sepa que eres una muchacha de 24 años que se saca la mugre trabajando es lo que genera más seguidores y vistas. Te presentas como un ejemplo y eso arrastra una cadena de cosas buenas.
¿La juventud abre o cierra puertas?
Mi juventud es justamente mi desventaja. Además, lastimosamente en mi país se apuestan por cosas que muchas veces no valen la pena.
¿Qué quiere decir?
No caemos en cuenta que el arte es uno de los rubros que más ha aportado a este país porque es lo que más atrae. Sin embargo, lo hacemos vivir con muchas limitaciones.