El empresario egipcio Mohamed Al-Fayed, padre del fallecido Dodi Al-Fayed, aparece en la serie “The Crown” como un personaje clave en las investigaciones sobre la muerte de su hijo junto a la Princesa Diana de Gales. ¿Realmente tenía tanto dinero como se ve en la serie de Netflix? Conoce la cifra.
Las imágenes del magnate cuando falleció su hijo dieron la vuelta al mundo. Uno de los hombres más poderosos y ricos del planeta se veía desmoronado por el dolor y decidido a hallar la verdad. Aseguraba que lo que pasó aquel 31 de agosto de 1997, en un túnel de París, no se trató de un accidente, sino de una conspiración de la monarquía británica. Por ello, destinó una fortuna a las investigaciones y hoy, a sus 93 años, no logra superar la partida de su hijo. De otro lado, ha dejado varios de sus negocios y se dedica a pasar tiempo con sus nietos.
La temporada 5 de “The Crown” dedicó el episodio 3 a Mohamed Al-Fayed, un hecho poco común debido a que no es miembro de la familia real y que revela la importancia de “Mou Mou” en esta historia.
LA FORTUNA DE MOHAMED AL-FAYED
El multimillonario egipcio Mohamed Al-Fayed, al 2022, tiene un patrimonio neto de US$1,900 millones, según Forbes. Sin embargo, se desconoce cómo inició su imperio.
El magnate compró The Ritz Hotel por US$30 millones en 1979. Su dinero también financió la película ganadora del Premio de la Academia a la Mejor Película , “Chariots of Fire”, que produjo su hijo Dodi.
En 1984 y 1985, Al-Fayed y sus hermanos menores compraron House of Fraser, lo que les dio la propiedad de los famosos grandes almacenes Harrods de Londres, que años más tarde, en 2010, vendió por 1,500 millones de libras esterlinas.
En 1997, compró el Fulham Football Club, que vendió en 2013 por US$300 millones. Al-Fayed también restauró Villa Windsor, la antigua casa del duque de Windsor (Alex Jennings), gastando US$12 millones en renovaciones.
¿CUÁNTO GASTÓ EN INVESTIGAR LA MUERTE DE SU HIJO DODI AL-FAYED?
Mohamed Al Fayed estaba convencido de que la muerte de su amado hijo, Dodi, y Lady Di no se trató de un accidente, sino de una conspiración de la familia real británica. Entre sus argumentos estaban que la princesa de Gales estaba embarazada de su hijo y planeaba casarse con él, algo que no iba a permitir la monarquía, teniendo en cuenta las raíces musulmanas.
Para demostrar su teoría contrató a un ex detective de Scotland Yard llamado John MacNamara y luego buscó a un experto en inteligencia, el israelí Ari ben Menashe, que había trabajado con el primer ministro Yitzahak Shamir, comenta el diario El Clarín.
Menashe conocía a todo el mundo de la inteligencia, los engranajes del tráfico de armas y los movimientos de políticos europeos. Al Fayed le pagó US$ 700,000. Sin embargo, ninguno encontró pruebas concretas que confirmaran las hipótesis del magnate egipcio. La justicia determinó que se trató de un accidente y que el conductor estaba en estado de ebriedad.