Un estudio internacional, que ha hecho un seguimiento durante dos décadas de 642 personas de más de 65 años en la Toscana (Italia), ha confirmado que la dieta mediterránea reduce el riesgo de mortalidad en personas de la tercera edad.
El trabajo, que publica la revista BMC Medicine, ha sido liderado por Cristina Andrés-Lacueva, catedrática de la Universidad de Barcelona (UB), en España, y jefa del Grupo de Investigación de Biomarcadores y Metabolómica Nutricional de los Alimentos de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación del mismo centro universitario.
También han colaborado el español Centro de Investigación Biomédica en Red Fragilidad y Envejecimiento Saludable (Ciberfes) y el Instituto Nacional de Envejecimiento (NIA) de Estados Unidos, concluye que la dieta mediterránea se asocia inversamente con todas las causas de mortalidad y que cuanto mayor es la adherencia a esta dieta, menor es la mortalidad en adultos de más de 65 años.
Para este estudio se han analizado biomarcadores dietéticos en plasma y orina se ha hecho un seguimiento durante 20 años a 642 participantes (el 56% de ellos, mujeres) de 65 años o más, de los que han obtenido datos completos sobre sus biomarcadores alimentarios.
Según explicó este jueves Cristina Andrés-Lacueva, han desarrollado “un índice de biomarcadores dietéticos basado en grupos de alimentos que forman parte de la dieta mediterránea, a partir del cual se evalúa su asociación con la mortalidad”.
Para ello, eligieron los niveles de referencia de los siguientes biomarcadores dietéticos determinados en orina: polifenoles totales y metabolitos de resveratrol (provenientes de la ingesta de uva) y presentes en plasma, carotenoides plasmáticos, selenio, vitamina B12, ácidos grasos y su proporción de monoinsaturados y saturados.
Mediante un modelo predictivo, los investigadores evaluaron las asociaciones con la mortalidad del índice de la dieta mediterránea y las respuestas a un cuestionario de frecuencia de consumo de alimentos.
Durante los 20 años de seguimiento, se produjeron 425 muertes, de ellas 139 por enfermedades cardiovasculares y 89 por causas relacionadas con el cáncer.
El investigador del Ciberfes en la UB Tomás Meroño destacó que constataron “cómo una adherencia a la dieta mediterránea evaluada por un panel de biomarcadores dietéticos se asocia inversamente con la mortalidad a largo plazo en las personas mayores, lo que apoya el uso de estos indicadores en evaluaciones de seguimiento prolongado para observar los beneficios para la salud asociados a la dieta mediterránea”.