Una planilla ausente afecta el desempeño de una empresa, pues impacta en la productividad de esta y, por ende, puede desencadenar en menos ingresos o pérdida de clientes, según la gravedad del caso.
Con la pandemia del covid-19 las empresas sufrieron la ausencia de parte de su personal por contagios. Sin embargo, a lo largo de estos últimos dos años esa no ha sido la única excusa. El desgaste mental, el estrés y la ansiedad por la coyuntura han sido también motivos por las que algunos colaboradores pidieron uno o dos días para tomarse un respiro.
“La pandemia ha causado mucho impacto a nivel emocional y cada vez son más las personas que se sienten colapsadas por las actividades y responsabilidades que hoy tienen en casa y que antes no tenían”, explica Sonia Cáceres, psicóloga especialista en Gestión del Talento.
Sin embargo, la salud mental todavía es un tema tabú que se asocia a debilidad. Por eso, los trabajadores prefieren inventar cualquier excusa antes que admitir que necesitan despejarse o simplemente parar. “Si un colaborador solicitara una justificación así, solo perjudicaría la percepción que tienen sobre él, afectando su línea de carrera y viéndolo como una persona que no tolera la presión”, comenta Tatiana Cuadros, psicóloga clínica y organizacional.
Las excusas
Desde que empezó la pandemia, las excusas más comunes para faltar al trabajo cambiaron. “Generalmente se orientan a temas personales, hijos, etc. También a conexión de Internet o no contar con las herramientas de trabajo en caso de encontrarse en trabajo remoto”, detalla Sandra Cubas, partner en Cornerstone Group.
De otro lado, Cáceres afirma que las excusas por temas de ansiedad y estrés suelen asociarse a dolores físicos. “Migrañas, dolor de cuello, lumbalgia, cervicalgia y malestar corporal sí conllevan un descanso”, enumera.
Asimismo, sostiene que ahora que ya contamos con vacunas, otros motivos están relacionados a la aplicación de esta. “Los accidentes domésticos se han vuelto otra excusa bastante recurrente”, agrega.
Identificar y actuar
Cubas, de Cornerstone, señala que una de las acciones a aplicar por las empresas es identificar el origen de las faltas. “El colaborador puede estar viviendo situaciones que puedan detonar en algún episodio de estrés. Cuando esto es recurrente, es necesario que pueda acudir a un especialista que le pueda asignar un tratamiento”, detalla.
Sonia Cáceres también anota que las organizaciones deben implementar canales donde puedan ser escuchadas las propuestas de las personas, sobre todo en esta coyuntura.
Asimismo, Cubas, por su parte, destaca tres puntos a tomar en cuenta. “Hay que rediseñar los controles de permisos, faltas o ausencias. También puede otorgarse un premio para las personas que no faltan y, por último, ofrecer una bonificación por área alineadas a los objetivos del equipo”.
PRECISIONES
- Anticipación. Es clave que las compañías ofrezcan programas de salud y bienestar para los trabajadores.
- Opción. Hay otras que tienen beneficios corporativos en donde el colaborador puede tener 1 o 2 días al año para temas personales.
- Interior. Los trabajadores que tienen una motivación intrínseca son más eficientes. Por eso, una forma de reducir el ausentismo es propiciar la motivación interna.