Élida Vega Córdova
Por segundo año, la educación remota –al igual que el trabajo remoto– volvió a cobrar protagonismo en las casas, por eso no resulta extraño que, en ese contexto, las competencias o capacidades digitales impongan su presencia.
Definidas como las “habilidades que nos permiten resolver diferentes situaciones de nuestra vida profesional, personal o social, haciendo un uso inteligente y estratégico de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC)”, Inés Evaristo, directora de Aprendizaje Virtual de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP) resalta la necesidad de desarrollarlas debido a que hoy en día existe un entorno digital.
En ese sentido, considera que para los estudiantes que se encuentran en plena formación “es esencial instruirse en el mundo digital” con miras a volverse postulantes más competitivos en su futura vida laboral.
“La vida virtual y presencial no son entes independientes, se complementan en el día a día. Entonces, queda claro que la competencia digital se vuelve una necesidad, y las habilidades que antes no eran muy reconocidas empiezan a ser requeridas e impactadas, por lo que serán un factor de identificación de talentos”, afirma.
Por esa razón, la especialista de la UTP considera que los jóvenes podrán potenciar sus capacidades digitales poniendo atención en estas cuatro recomendaciones:
Concepción de la competencia
Para empezar, Evaristo asegura que el estudiante debe entender que estas habilidades son independientes a su carrera, por lo que debe desarrollarlas de manera simultánea, ya que “las capacidades digitales se disgregan a partir de diversos ejes de acción”.
Exploración
Debido a que toda competencia necesita ponerse en práctica, es importante que los estudiantes se abran a este nuevo modo de aprender, trabajar y comunicarse digitalmente.
“Para ello, una de las mejores opciones es explorar por sí mismo o preguntar a otros cuando no se conozca una herramienta”, sostiene Evaristo y destaca que en tiempos de interconexión hay muchas fuentes de consulta como foros o tutoriales.
Pero, también advierte que se debe adquirir el hábito de revisar la información que llega y sus fuentes, cuestionar el origen y llegar a curar temas de interés.
Difusión de información
Para Evaristo, las personas que producen información deben compartirla con el mundo. ¿Cómo? Los canales digitales en diversos formatos como videos, artículos en redes sociales, blogs o productos digitales, son una forma de hacerlo.
“Esta es una gran manera de poner en práctica todos los componentes de la competencia y adquirir en el proceso nuevas capacidades para el desarrollo profesional”, añade.
Uso de herramientas
Pero, debido a que considera que es vital apoyarse en ciertas herramientas digitales que contribuyan con su crecimiento, recomienda el uso de calendarios compartidos, alertas de trabajo, software para hacer seguimiento a sus metas, así como abrirse un espacio de almacenamiento en internet (en la nube) para que puedan trabajar de forma colaborativa.
“Parte de la habilidad digital es emplear lo que se adecúe a las necesidades personales y también al equipamiento tecnológico con el que se cuenta”, anota.
Sin distinción
Considerando que para el caso de los escolares también aplican las mismas recomendaciones debido a que “la competencia digital es transversal”, Evaristo sostiene que en caso las instituciones educativas quieran ayudar a impulsar este tipo de habilidades, “los estudiantes deben conocer qué implica dicha competencia, cómo se observa y cómo se demuestra que se alcanzó”.
Pero, también se deben preocupar por fomentar espacios diversos para poner en práctica dichas competencias. “Ya sea con el acompañamiento de su docente, en grupos de colaboración, en forma autónoma apoyado en material o recursos, o en situaciones de pura exploración porque si no sabes cuál es la meta, difícilmente vas a valorar e incorporar algo en tu día a día”, señala segura de que todo aprendizaje requiere practicar en un contexto real o significativo.
Y, por eso considera que quizá en este último punto podría encontrarse la única diferencia al impulsar el desarrollo de las capacidades digitales entre escolares y universitarios.
En ese sentido, no duda en recomendar que se debe procurar “conectar esas competencias con situaciones más enlazadas a sus vivencias” porque cada una de ellas se desarrolla en forma diferente según las experiencias, problemas o necesidades del colegio o del propio mundo infantil o juvenil.