Michael Wadleigh nunca tocó una nota y tampoco es un nombre conocido, pero se le puede considerar el responsable de asegurarle a Woodstock un lugar en la historia como paradigma de la contracultura de la década de 1960.
Wadleigh filmó y dirigió “Woodstock”, el documental ganador del Oscar sobre los tres días de paz y música en una granja del estado de Nueva York en 1969, pero su enfoque fue mucho más allá de las actuaciones en el escenario.
"Lo que la gente sabe de Woodstock hoy es nuestra película. Realmente, no conocen la realidad de otra manera que como la mostramos", dijo Wadleigh.
"Pienso que fuimos bastante fieles, pero otro cineasta podría haber elegido filmar todas esas canciones de amor y no haberse enfocado en la política. Pero eso fue lo que nosotros quisimos hacer", agregó.
El documental de 1970 no se trató sólo de las canciones de protesta de artistas como Richie Havens, Jimi Hendrix, Joan Baez y el tema contra la guerra de Joe McDonald "I Feel Like I'm Fixin' to Die Rag" con su famosa apertura "Give me an F!".
La película también capturó las clases de yoga improvisadas, las chaquetas con flecos, las bandanas, los niños desnudos, los toboganes de barro, los avisos sobre ácidos malos, la gente del pueblo asombrada e incluso los baños químicos repletos.
"Hablamos antes sobre 'Los cuentos de Canterbury'. Tratamos de tener perfiles de personas: el baño desnudo, la pareja en la ruta, el hombre que limpiaba los baños. Estaba tan orgulloso de lo que estaba haciendo", dijo Wadleigh.
Wadleigh, quien se consideraba un “izquierdista duro” en ese momento, abandonó Hollywood hace más de 20 años y ayudó a crear una organización no gubernamental llamada Homo Sapiens, que hace campaña por el desarrollo sostenible.
El cineasta divide ahora su tiempo entre una granja en Gales, un bote en Europa y viajes por Asia y África.