Tras la segunda subasta anual del Museo de Arte de Lima (MALI), Gestión conversó con autoridades del MALI para conocer a detalle las tendencias del consumidor en el mercado artístico.
Perfil de los asistentes
A las subastas del MALI asisten tres tipos de coleccionistas, según su experiencia. Sin embargo, estos perfiles coinciden en “ser viajeros constantes por el Perú y personas que valoran la autenticidad, calidad y conservación de las piezas ”, explica Armando Andrade, presidente del Comité de Subastas del museo.
El público que asiste a la subasta local tiene entre 30 y 80 años. Sin embargo, “la mayoría de compradores tiene entre 40 y 60 años”, indica.
Además, para Andrade, “en el Perú no se necesita dinero para empezar una colección. Se necesita curiosidad”. Destaca así que va en aumento la cantidad de coleccionistas primerizos que llegan a las salas de subastas. Por ello, “tuvimos piezas que van desde US$ 200 hasta los US$ 80,000”, detalló.
Nuevos récords
“El arte contemporáneo tuvo una salida por delante del moderno y colonial. También la fotografía fue muy exitosa”, indica Bartomeu Marí, director del MALI, sobre la segunda subasta anual que rompió un récord de recaudación a favor del museo de US$ 180,000. “El año pasado se obtuvo la tercera parte”, estimó Marí .
Pues, de las 70 piezas a la venta, solo tres quedaron sin dueño. Andrade calcula que “cada una se vendió en promedio por US$ 5,500”.
Revalorizaciones
En cuanto a asistencia, al evento de setiembre acudieron 400 personas, “de las cuales hubo 26 que hicieron compra y alzaron 40 paletas”, detalla Andrade. Se trató de otra cifra récord para la institución, que solía convocar entre 250 y 300 interesados.
Sobre las preferencias, “las piezas de Pancho Fierro, que se venden por lo común en alrededor de US$ 2,500, algunas alcanzaron los US$ 4,500. Un récord para el autor”, destaca.
Por primera vez, se vendieron todos los lotes de arte cusqueño y virreinal. “La pintura virreinal se ha revalorizado. Alcanzamos los US$ 500,000 en una obra para el mercado de Nueva York”, rescata Andrade. De igual manera, se vendió todo el lote de platería.
“MALI está en búsqueda de públicos nuevos. Por eso, el Comité de Subastas incorporó más talento joven”.
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Las piezas vendidas más caras
Las seis destacadas. La obra “Casa de Venus, Orrantia”, de Fernando de Szyszlo, alcanzó los US$ 60,000. Las piezas que le siguieron fueron “Virgen del buen suceso”, de autor anónimo; “La expulsión del Paraíso”, de Jorge Piqueras; “Vista del buen suceso”, de José Sabogal; “Mujer portando un kero”, de Julia Codesido, y “Montera roja”, de José Sabogal.