Un planeta más cálido fomenta la formación de huracanes más recios. Cargan más agua, poseen más energía y se intensifican con mayor rapidez.
Sus marejadas ciclónicas son más destructivas porque el cambio climático ya ha provocado un incremento en el nivel del mar. Y últimamente, las tormentas parecen estar deteniéndose más sobre tierra y, por ende, arrojando más lluvia.
Estudio tras estudio muestra que el cambio climático en general hace que los huracanes sean peores. Pero determinar el papel que juega el calentamiento global en una tormenta específica como el huracán Florence o el tifón Mangkhut no es tan sencillo, al menos no sin detallados análisis estadísticos y por computadora.
The Associated Press consultó a 17 meteorólogos y científicos que estudian el cambio climático, los huracanes o ambos. Algunos expertos evitan afirmar que el calentamiento global es el causante de un solo evento climático, pero la mayoría de los científicos ven claramente la mano de los seres humanos en Florence.
El calentamiento global no provocó ese huracán, dicen, pero sí hace que represente mayor peligro.
“Florence es otro ejemplo de las tormentas sobrealimentadas por los humanos que están haciéndose más comunes y destructivas a medida que el planeta se calienta”, afirmó Jonathan Overpeck, decano de la escuela ambiental en la Universidad de Michigan. Dijo que el riesgo va más allá del Océano Atlántico, como por ejemplo el tifón Mangkhut, que el viernes azotó las Filipinas.
Durante años, al preguntárseles acerca del cambio climático y eventos meteorológicos específicos, los científicos evitaban establecer vínculos claros entre ambos. Pero en los últimos años, el nuevo campo de los estudios de atribución les ha permitido a los investigadores utilizar estadísticas y modelos computarizados para intentar calcular cómo serían distintos los eventos en un mundo sin cambio climático provocado por los seres humanos.
Un par de meses después del paso del huracán Harvey, se halló en estudios que el calentamiento global incrementó significativamente las posibilidades de que ese meteoro arrojara lluvias récord como lo hizo.
“Es un poco como el guion de ‘Volver al futuro’, donde viajas hacia atrás en el tiempo a una realidad alterna” que sea plausible pero sin que los seres humanos cambien el clima, dijo Peter Stott, científico climático de la Universidad de Exeter, uno de los pioneros en este campo.
Un informe de la Academia Nacional de Ciencias indica que estos estudios son creíbles en general. Un equipo de científicos intentó hacer un análisis similar para Florence, pero expertos externos se muestran cautelosos porque se basó en pronósticos, no en observaciones, y no utilizó suficientes simulaciones por computadora.
A medida que la temperatura del mundo se eleva y la ciencia avanza, los científicos se han vuelto más específicos, incluso sin los estudios de atribución. Mencionan datos de Física básica, las investigaciones más recientes sobre las tormentas y estudios de atribución pasados, y conjuntan todo para algo como Florence.
“Creo que podemos decir que la tormenta es más fuerte, más húmeda y de mayor impacto desde un punto de vista de inundaciones costeras, debido al calentamiento generado por los seres humanos”, escribió en un correo electrónico el científico del clima Michael Mann, de la Universidad Estatal de Pensilvania. “Y desde mi punto de vista no necesitamos un estudio de atribución para que nos diga eso. Sólo necesitamos las leyes de la termodinámica”.
Kim Cobb, climatóloga del Georgia Tech, no sólo examina la física básica, sino todos los estudios que vinculan especialmente el cambio climático con las tormentas de mayor humedad.
“Tenemos datos sólidos a lo largo de décadas de registros de lluvia para asignar la atribución: el cambio climático está incrementando la frecuencia de los eventos con lluvias extremas”, afirmó Cobb.
Varios factores hacen que los científicos tengan más certeza a la hora de señalar que el cambio climático influyó en la fuerza de Florence.
Por cada grado Fahrenheit que el aire se calienta, puede retener casi 4% más agua (7% por cada grado Celsius) y proveer más energía para fortalecer la tormenta, dijeron los científicos.
“La cantidad de agua que sale de los huracanes es ciertamente la conexión más sólida que tenemos”, dijo Jim Kossin, climatólogo de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica.
Y refiriéndose específicamente a Florence, “es muy probable que el cambio climático ha calentado el océano a tal grado que la intensa lluvia del huracán es más destructiva que sin el calentamiento global”, dijo Jeff Masters, director de meteorología de Weather Underground, un servicio meteorológico comercial. Masters solía volar a los huracanes para recabar información.