WhatsApp cada vez pide más datos para que utilicemos sus servicios de mensajería instantánea, porque cuando los servicios son gratuitos, el pago son nuestros datos.
Ahora que la red social de mensajería obliga a sus usuarios a aceptar sí o sí que se compartan sus datos con Facebook (dueña de la app) o los invita –amablemente- a dejar de utilizar sus servicios, los que utilizan esta herramienta dentro de sus empresas pueden decidir que finalmente ha llegado el momento de pegar el salto. Pero, ¿adónde?
Telegram.Es la más conocida de las apps de mensajería instantánea después del servicio de propiedad de Facebook: tiene 100 millones de usuarios activos que envían 15,000 millones de mensajes por día. Encripta los mensajes punto a punto (siempre que uno recuerde de activar dicha alternativa), se pueden crear grupos de hasta 1,000 personas, enviar archivos de 1 giga y medio, te avisa si alguien hizo captura de pantalla y se puede programar el tiempo para que un mensaje se autodestruya. Disponible para Android, Windows Phone, iOS, Linus y OS X, además de una versión web.
Slack.Es la aplicación que más crece en el segmento corporativo: permite crear salas de chat organizadas por temas abiertas a cualquiera y también grupos privados. Todos los mensajes de estos grupos se envían y reciben de manera segura (no dejan rastros en los servidores de la empresa desarrolladora de la aplicación). Se pueden enviar documentos de Drive y Dropbox y también puede estar asociada a Hangouts y Twitter, para recibir todas las notificaciones en un mismo lugar. Disponible para iOS, Windows Phone, Android y se puede abrir también desde la PC.
Cronista Comercial de ArgentinaRed Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)