Menos de la mitad de latinoamericanos poseen habilidades informáticas adecuadas para tareas básicas, lo que probablemente obstaculiza la productividad de las Pymes. (Foto: Difusión)
Menos de la mitad de latinoamericanos poseen habilidades informáticas adecuadas para tareas básicas, lo que probablemente obstaculiza la productividad de las Pymes. (Foto: Difusión)

Un artículo del llamado What could a new era mean for Latin America? (¿Qué podría significar una nueva era para América Latina?), analiza lo que las disrupciones de hoy podrían significar para América Latina.

McKinsey analizó la nueva era y sus implicaciones para la región a través de cinco dominios:

⦁ Plataformas tecnológicas: plataformas y ciencias aplicadas que permiten el desarrollo y la innovación

¿Acelerará América Latina el acceso equitativo a la tecnología y la construcción de las habilidades tecnológicas que necesita para el mundo digital de hoy?

En la década de 2010, América Latina duplicó sus usuarios de Internet. Sin embargo, se quedó atrás en comparación con otras regiones. Mientras que las economías en desarrollo de Asia oriental redujeron la brecha con sus pares de la OCDE en banda ancha fija y los superaron en suscripciones móviles, la brecha de América Latina se amplió.

Perú ejemplifica una marcada desigualdad: alrededor del 75% de las personas con mayores ingresos usan Internet regularmente, en comparación con el 15% entre las personas con ingresos más bajos, una brecha de 60 puntos porcentuales, cuadruplicando el promedio de la OCDE.

Por otro lado, menos de la mitad de latinoamericanos poseen habilidades informáticas adecuadas para tareas básicas, lo que probablemente obstaculiza la productividad de las Pymes. La educación y el desarrollo de habilidades serían clave para abordar este desafío en la región.

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¿Puede América Latina ponerse al día con la curva tecnológica global?

Históricamente, América Latina se ha quedado atrás en la adopción de tecnologías, como la agricultura mecanizada y los avances digitales. Sin embargo, la pandemia aceleró la adopción de tecnología, particularmente en pagos digitales y comercio electrónico. A pesar de ello, convertirse en un líder en tecnología de vanguardia es incierto debido a la baja inversión en investigación y desarrollo (0,6% del PBI), las solicitudes mínimas de patentes (menos del 2% del total mundial) y las importaciones sustanciales de propiedad intelectual. Ponerse al día con la curva tecnológica global es clave para América Latina en un momento en el que la AI gana relevancia.

⦁ Orden mundial: las instituciones, marcos y reglas que dan forma a los asuntos internacionales

¿Qué papel puede jugar América Latina en un mundo multipolar?

La región latinoamericana ha adoptado la multipolaridad en sus dinámicas comerciales. China ha superado a Estados Unidos como principal socio comercial en la región, mientras México comercia con ambos países. Aunque América Latina no ha integrado económicamente sus conexiones globales y depende de exportaciones primarias, hay potencial económico en el “nearshoring” desde América del Norte. Por otro lado, la región sigue relativamente no alineada en decisiones de política global en la Asamblea General de la ONU.

¿Fortalecerán los países de América Latina sus interconexiones para promover sus objetivos económicos comunes?

América Latina destaca por su alta proporción de hablantes de español y portugués (95%), a diferencia de otras regiones que lidian con la diversidad lingüística. Sin embargo, la región enfrenta problemas de cohesión en otros aspectos, como una deficiente conectividad vial interna. Las exportaciones entre países latinoamericanos son solo el 14% del total, a diferencia de otras regiones. Superar estos desafíos podría abrir oportunidades de conexión en un mundo multipolar, permitiendo a América Latina forjar conexiones significativas con otras regiones.

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⦁ Fuerzas demográficas: tendencias demográficas y contornos socioeconómicos entre las poblaciones

¿Puede América Latina encontrar un nuevo modelo de crecimiento antes de que su demografía se ponga al día?

En América Latina, el 75% del crecimiento del PBI entre 2000 y 2019 provino del aumento de la fuerza laboral y solo el 25% se atribuyó a las ganancias de productividad. Por su parte, más del 95% del crecimiento del PBI de China proviene de la productividad. La juventud demográfica beneficia la región, con un cuarto de la población entre 15 y 30 años y un espíritu emprendedor.

Sin embargo, el envejecimiento acelerado por la baja natalidad y mayor esperanza de vida amenaza este modelo. En los próximos 30 años, el número de personas mayores de 60 años en América Latina se duplicará, superando el 25% de la población, ejerciendo presión en pensiones y salud.

Evitar la desaceleración económica regional pasaría por favorecer la transición a un nuevo modelo de crecimiento impulsado por la inversión y la innovación.

¿Abordará América Latina las desigualdades arraigadas y definirá un nuevo contrato social para el crecimiento?

La desigualdad es un problema profundamente arraigado en América Latina, no solo a nivel de ingresos, sino que abarca disparidades de género, acceso limitado a servicios básicos y poca movilidad intergeneracional.

Esta desigualdad, junto con la percepción de falta de oportunidades, ha contribuido al creciente malestar: entre 2010 y 2021, América Latina fue testigo de disminuciones significativas en la efectividad del gobierno, el estado de derecho y el control de la corrupción. Las principales economías están lidiando con reformas sociales, pero sigue siendo incierto si un nuevo contrato social puede proporcionar empleo de calidad y oportunidades para la población de la región.

⦁ Recursos y sistemas energéticos: los sistemas de transporte y conversión de energía y materiales para su uso

¿Cómo América Latina se alimentará de energía y reducirá sus emisiones de gases de efecto invernadero?

El viaje de descarbonización de América Latina está influenciado por tres factores únicos: En primer lugar, aunque depende de combustibles fósiles, su potencial solar, eólico e hidroeléctrico es alto. Principalmente, la capacidad solar de la región creció significativamente, con una tasa de crecimiento superior al doble del promedio mundial. En segundo lugar, a pesar de una producción de electricidad descarbonizada, descarbonizar completamente requiere inversiones, especialmente en sectores como transporte e industria, emergiendo como un importante productor de hidrógeno de bajo costo. Finalmente, América Latina podría priorizar abordar las emisiones del uso de la tierra. La agricultura, los cambios en el uso de la tierra y la silvicultura contribuyen al 45% de las emisiones en la región. Por ello, se requiere gestionar las compensaciones, con alrededor del 10% del PBI, posiblemente necesario para la transición neta cero, ligeramente más alto que el promedio mundial. Superar los obstáculos financieros, regulatorios, de talento e infraestructura es crucial para una descarbonización doméstica exitosa.

¿Puede América Latina ser un motor de la transición global neta cero?

América Latina posee abundantes recursos críticos necesarios para la transición neta cero, incluyendo aproximadamente el 50% del litio del mundo, el 36% del cobre y el 16% del níquel, junto con una importante biodiversidad y cobertura forestal. Esto posiciona a la región para desempeñar un papel fundamental en el apoyo a los esfuerzos globales de descarbonización y sostenibilidad, que van desde las cadenas de valor renovables hasta la conservación de los bosques. Sin embargo, pueden surgir desafíos debido a posibles conflictos entre las necesidades de la comunidad local y los requisitos de transición global.

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⦁ Capitalización: impulsores de la oferta y la demanda mundiales, y trayectorias de las finanzas y la riqueza

¿Cómo avanzará la región en contra de la economía mundial?

La región se recupera con consumo, empleo y actividad económica superando niveles previos a la pandemia. A pesar de haber superado el 70% del PBI durante la pandemia, la deuda pública podría obstaculizar el crecimiento futuro y plantear preocupaciones sobre la sostenibilidad, especialmente si las condiciones económicas empeoran. Dado que las entidades latinoamericanas tienen una parte significativa de su deuda denominada en dólares estadounidenses, son susceptibles al riesgo de tipo de cambio, especialmente en medio de la apreciación del dólar estadounidense.

¿Podrá América Latina impulsar el crecimiento de la productividad?

Desde los años 80, la productividad en América Latina crece lentamente (0.4% anual), una quinta parte del promedio global en economías en desarrollo. A diferencia de Asia y Europa del Este, la región no ha logrado un rápido crecimiento económico per cápita. Esto se debe a factores como mayores barreras empresariales, brechas en el capital humano, tecnológico e infraestructural, y el panorama competitivo y una falta de empresas medianas dinámicas. Para tener éxito, la región podría emular factores que han permitido el buen desempeño de otros mercados emergentes, como la inversión nacional, los flujos de capital extranjero, la integración en mercados de exportación y un entorno empresarial propicio que fomente la competencia y las empresas más grandes.

¿Cómo deben enfocarse los líderes de América Latina para el futuro?

El mundo unipolar está dando el paso a un mundo multipolar. La población está envejeciendo, la desigualdad ha empeorado y las tensiones políticas polarizadoras han ido en aumento. Las tecnologías emergentes son ciertamente prometedoras, pero también plantean riesgos. Al mismo tiempo, el mundo necesita reducir las emisiones incluso mientras reúne los recursos necesarios, y todo esto frente a una deuda sin precedentes y un lento crecimiento de la productividad. Los líderes de América Latina buscarán prepararse para enfrentar estos cambios, pero igualmente tienen la oportunidad de dar forma a esta nueva era.

“La transición a esta nueva era representa un momento clave para el futuro de América Latina. La región aún opera por debajo de su verdadero potencial teniendo en cuenta una fortalece intrínseca: una población de más de 600 millones con un amplio margen de jóvenes adultos, grandes reservas de minerales, abundantes recursos energéticos y extensa biodiversidad”, comentó Lino Abram, socio senior de McKinsey & Company Perú.

⦁ La abundancia de recursos críticos de la región para la transición hacia net zero podría estimular la inversión en infraestructura y capital humano, catalizando tanto la transferencia de tecnología como la innovación.

⦁ La globalización cambiante podría ayudar a América Latina a estar más conectada: con el financiamiento, los mercados y las corporaciones globales.

⦁ Su población es joven, apoyando oportunidades de crecimiento y nuevas formas de hacer las cosas. Podría generar un círculo virtuoso en el que la inversión y la innovación aumenten la productividad, aumenten los ingresos privados y públicos, y construyan el stock de capital y humano, para permitir un mayor crecimiento.

De ser aprovechada, podría experimentar la expansión económica en auge que se observa en otras economías de ingresos medios con un desempeño superior.

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