Les tomó menos de cuatro horas a nueve miembros del jurado llegar a un veredicto. El 11 de diciembre, en un tribunal de San Francisco, acordaron de manera unánime que la tienda de aplicaciones de Google era un monopolio y que la compañía había incurrido en conductas contrarias a la competencia. Esta decisión asesta un duro golpe al gigante de las búsquedas, que está actualmente envuelto en otras batallas legales. El resultado también podría redefinir el mercado de las tiendas de aplicaciones.
La mayoría de los teléfonos inteligentes funcionan con uno de dos sistemas operativos. El iOS de Apple es un jardín amurallado con una sola tienda de aplicaciones: la de su propiedad. Otros fabricantes de dispositivos móviles tienden a usar Android de Google, que, en teoría, permite el uso de tiendas de aplicaciones diferentes a la tienda Play de Google.
El caso se trataba de si lo permitía en la práctica. En 2020, Epic Games, un estudio de videojuegos, exhortó a los jugadores a usar su sistema de pagos para hacer compras en “Fortnite”, su exitoso juego de disparos. La idea era evitar la comisión del 30% que Apple y Google cobran por la mayoría de las compras desde la aplicación en sus tiendas de aplicaciones. “Fortnite” estuvo vetada brevemente en ambas plataformas.
Epic demandó. Sus abogados argumentaron que Google asfixiaba a la competencia con los acuerdos a los que ha llegado con fabricantes de teléfonos inteligentes como Samsung y LG, entre otros, para que le den a la tienda Play una ubicación privilegiada en sus dispositivos a cambio de una comisión de las ganancias. Los miembros del jurado no creyeron en la defensa presentada por Google de que compite de manera feroz con Apple, así como con otras tiendas de aplicaciones en los dispositivos Android.
Hasta el momento, todo se entiende. Lo extraño de la situación es que este veredicto es opuesto al del caso casi idéntico de Epic contra Apple. Ese proceso de 2021 concluyó con la victoria de Apple en 9 de 10 cargos (el décimo, relacionado con el uso de sistemas de cobro alternos, lo perdió).
Una razón de la diferencia podría ser que el destino de Google lo decidió un jurado, no un juez. La opinión pública es escéptica respecto a las grandes compañías tecnológicas; dos tercios de los estadounidenses consideran que tienen demasiado poder. Además, a los miembros del jurado tal vez se les dificulta comprender las complejidades de las leyes antimonopolio. Otra explicación es que, irónicamente, Google ha tratado de hacer que su software de teléfonos móviles sea demasiado abierto.
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Cualquiera puede usar el código abierto de Android sin pagar nada para crear su propio sistema operativo. En contraste, los clientes y desarrolladores de Apple están al tanto de que la empresa controla todos los aspectos del iPhone. Estar encerrados en el jardín amurallado de Apple puede ser más agradable si los consumidores saben en qué se están metiendo, pero es menos placentero si los límites son impuestos por quien crea únicamente el sistema operativo, el cual asegura que es abierto.
El veredicto podría influir en otras dos demandas contra Google promovidas por el Departamento de Justicia de Estados Unidos. La primera se presentó en setiembre. Se centra en los acuerdos de Google para garantizar que su motor de búsqueda sea el predeterminado en varios dispositivos, incluyendo los de Apple y los navegadores web. Esos acuerdos le costaron 26.000 millones de dólares en 2021. La segunda es probable que inicie el verano próximo y será contra el negocio de publicidad de Google.
El juez del caso de Epic establecerá un método de compensación a principios del año próximo. Una posibilidad es que se libere a los desarrolladores de aplicaciones de la obligación de emplear el sistema de cobro de Google. El año pasado, Corea del Sur obligó a Apple y a Google a activar pagos alternativos. La nueva Ley de servicios digitales de la Unión Europea tiene disposiciones similares.
Esto tal vez esté volviendo más competitivo el mercado de las tiendas de aplicaciones, en especial para los videojuegos. Microsoft, que acaba de concluir la adquisición por US$ 69,000 millones de Activision-Blizzard, una gran empresa desarrolladora de videojuegos, está planeando su propia tienda de aplicaciones para juegos. Epic ya tiene una para PC . Riot Games, un rival, también podría lanzar la suya.
A los gigantes tecnológicos, esto no les gusta nada. Según Sensor Tower, una firma de investigación, las personas en todo el mundo gastarán alrededor de US$ 160,000 millones en aplicaciones este año. Las comisiones de Apple y Google representan quizás el 5% de los ingresos totales de cada compañía. Se cree que los márgenes operativos de ambas tiendas de aplicaciones superan el 70%, según los testimonios de los dos casos (Google argumentó en los tribunales que esta cifra no toma en cuenta algunos de los costos de la tienda de aplicaciones, tales como la investigación y el desarrollo). Esa cantidad es mucho más alta que los márgenes generales del 26% de Google y del 30% de Apple el año pasado.
Google ya está viendo cómo disminuyen los ingresos de su tienda Play, indica Sensor Tower. Así que ninguna de las dos firmas se rendirá sin dar batalla. Google impugnará la decisión del jurado en un tribunal de apelaciones, donde un panel de jueces escuchará el caso. Apple apelará contra el fallo de los pagos en su caso con Epic.
Ambas empresas están encontrando maneras de eludir normas como las de Corea del Sur, donde aceptaron el uso de métodos de cobro alternativos, pero rápidamente impusieron una comisión de hasta el 26% por cualquier suma pagada a través de estos.
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