Los esfuerzos globales para desarrollar una autosuficiencia nacional en la producción de chips son “económicamente poco realistas” y las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China han contribuido a la escasez de chips que actualmente afecta a industrias completas, según el presidente de Taiwan Semiconductor Manufacturing Co., Mark Liu.
En un evento de la industria en Hsinchu, Liu dijo a la prensa, en su papel como presidente de la Asociación de la Industria de Semiconductores de Taiwán, que la incertidumbre en torno a la relación entre EE.UU. y China provocó un cambio en la cadena de suministro y presionó a algunas compañías a duplicar los pedidos para asegurar inventario.
Otras se apresuraron a llenar el vacío que dejó en el mercado Huawei Technologies Co. después de que las sanciones paralizaron su negocio de consumo.
“Las incertidumbres llevaron a una doble reserva, pero la capacidad real es mayor que la demanda”, dijo Liu. La rapidez con que se resuelvan esas preocupaciones “realmente depende de las futuras negociaciones entre EE.UU. y China”.
El brote de coronavirus habría tenido el mismo impacto negativo en la producción, sin importar dónde estén ubicadas las operaciones, dijo el ejecutivo.
TSMC es el fabricante líder mundial de semiconductores avanzados, del que dependen compañías desde Apple Inc. hasta Xiaomi Corp. Liu dijo que cada país que desarrolle su propia industria nacional de semiconductores generaría una gran capacidad “no rentable”.
Tanto EE.UU. como China han indicado su deseo de aumentar la producción de chips dentro de sus propias fronteras, en parte para hacerse menos dependientes de socios extranjeros.
El presidente chino, Xi Jinping, incorporó la disminución de la dependencia china de Occidente al último plan de política quinquenal del país, mientras que sucesivas administraciones en la Casa Blanca han indicado su preocupación por el potencial de China para dominar delicadas tecnologías de vanguardia.
En EE.UU., Intel Corp. anunció recientemente un plan de US$ 20,000 millones para construir dos nuevas instalaciones de fabricación de silicio en Arizona, renovando esfuerzos previamente fallidos por competir con TSMC por el negocio como fabricante de chips para otros.
La compañía más grande de Taiwán se encuentra en el centro de una crisis global de suministro debido a que su capacidad de producción ha sido consumida, primero, por un aumento impulsado por la pandemia de la demanda productos electrónicos personales y, más recientemente, por una recuperación más rápida de lo esperado en las ventas de automóviles.