La ciencia que estudia los robots cada vez es más común y su avance es veloz. Hay aparatos que limpian las casas de manera autónoma hasta los que hacen exploración minera. En Perú, la robótica se puede aprender desde niños y en algunos casos es una puerta de entrada para carreras de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés).
Marks Calderón, profesor a tiempo completo de la carrera de Ingeniería TI y Sistemas de ESAN, comenta desde su experiencia como profesor universitario, que la educación desde niños es importante porque en estos cursos se aprende construyendo y modificando.
En el caso de sus alumnos en los cursos de Fundamentos de programación, Robótica y Arquitectura de Computadoras, “la programación de un robot es hacer tangible una idea, y se dan cuenta que pueden construir algo a partir de una idea, y eso es el futuro mismo”.
No solo se trata de programar a los robots con órdenes convencionales, sino que se viene incluyendo la Inteligencia Artificial, que es la siguiente ola que ya se viene dando en países asiáticos como China e India, y que estima va a ser un detonante en la economía.
Asimismo, cree que el paso de la teoría a la práctica puede dar hasta miedo. Calderón indica que en el prestigioso Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) tienen un lema que es learning from hands, aprendiendo desde las manos, y desde allí empiezan a experimentar, y por eso sus invenciones son mucho más sofisticadas.
“Pero también porque aprender desde las manos te ayuda a ser más tolerante con los errores, cosa que un teórico no tiene, porque su mundo es perfecto y no lo va a cambiar. En cambio cuando en la práctica ves que estás equivocado experimentas una mejora continua”, señala.
Si bien el Perú está algo lejos respecto a la región, hay peruanos que han ganado premios internacionales en robótica. En el campo de investigación y competencia se ha avanzado, pero respecto al tema de producción de robots, todavía estamos siguiendo el proceso, indica Calderón. Explica que nos juega en contra el acceso a materiales, y las barreras logísticas.
Añade que una ola a la que se podría subir nuestro país es a la de crear procesadores libres, algo que hace Pakistán donde se diseña el producto y posteriormente se fabrica en China. Es una estrategia que viene a futuro y que podría beneficiar a nuestra economía, dice.
Respecto a las oportunidades laborales, apunta que hay demanda en automatización y control de máquinas, “y ahora que estamos en tendencia de automatizar todo, implica también a los robots, y no es que vayan a desplazar a los empleados, sino que algunos puestos van a migrar”.
Desde pequeños
Marks Calderón también ha tenido la experiencia de enseñar a niños y ha detectado muchas inclinaciones hacia la ingeniería. Y ocurre que muchos de ellos no lo habían descubierto porque les faltaba ponerse en contacto con el ambiente.
Comenta que en los niveles de educación básica regular como primaria y secundaria es vital enseñar robótica, porque necesitamos formar otro tipo de ciudadanos del futuro, “mientras más competitivos puedan ser estos estudiantes, va a ser mejor. No solo para competir con Latinoamérica, sino con cualquiera en el mundo”.
Por su parte, Egidio Auccahuaque, profesor y director del centro de robótica Troonic, trabaja desde hace 17 años en talleres con niños de 5 hasta adolescentes de 15 años. Todo empezó como un grupo de Ingenieros y docentes de la PUCP, con un modelo de enseñanza en el que cada niño diseña, crea y construye su propio robot.
Los niños aprenden desde cero a hacer circuitos, electrónica, mecánica, robótica, y luego pueden hacer programación de videojuegos, programas con arduinos o diseño en 3D.
Resalta que la propuesta de la robótica es plasmar con herramientas una idea para desarrollar el pensamiento técnico. Los proyectos están unidos a un carácter lúdico y así van descubriendo cómo cada evento tiene explicación científica y una razón lógica.
“Recomendaría a los padres que así como sus niños hacen fútbol, ballet o ajedrez, que hagan también robótica. Desde pequeños irán encontrando el sentido a las cosas e irán descubriendo el mundo que nos rodea”, explica Auccahuaque.
Además, señala que la robótica puede alentar a futuros estudiante de carreras STEM, porque despierta, pone en práctica y valida su conocimiento. Agrega que el objetivo de la educación es que el niño descubra una pasión, un sueño, qué quiere ser. Y cuando logra encontrarlo, no va a estudiar por una nota, por un cartón o por un premio, sino porque quiere ser algo.
Mujeres
Tanto Calderón como Auccahuaque señalan que ha habido un aumento de mujeres en el campo tecnológico. El primero precisa que en los cursos que enseña las más competitivas y las que más participan son las mujeres. De hecho, ha notado que ha aumentado su presencia en las carreras por el ámbito de interés.
Por su parte, el vocero de Troonic, refiere que al inicio de los cursos, de cada 10 niños rara vez había una niña. Y ahora son aproximadamente el 15%. Pero añade que el número de mujeres en carreras de ingeniería es bajo todavía. Hay más estudiantes mujeres en informática que en electrónica o mecatrónica.