El ingeniero estadounidense Martin Cooper, inventor del teléfono móvil, cree que este aparato “se ha convertido en una extensión de la persona” y que estamos “sólo al principio” de los cambios que nos esperan, e imagina un futuro con móviles adaptados a cada uno e incluso integrados en el cuerpo.
Cooper (Chicago, 1928), que esta semana fue reconocido por su trayectoria en el Mobile World Congress (MWC) -el mayor evento de tecnologías móviles del mundo que se ha celebrado en la ciudad española de Barcelona (noreste)-, pasará a la historia también por haber hecho la primera llamada de teléfono móvil, que se produjo el 3 de abril de 1973.
Casi 50 años después de aquel momento histórico, Cooper recuerda en una entrevista con EFE quién fue el destinatario de aquella llamada hecha con un Motorola DynaTac 8000X, un “zapatófono” de casi un kilo que tardaba 10 horas en cargarse y apenas tenía 30 minutos de autonomía.
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Cooper marcó el número de su homólogo de la competencia, Joel Engel, líder por entonces del departamento de investigación de Laboratorios Bell. Eligió llamar a la compañía rival, asegura, porque en aquella época Bell trataba a Motorola con cierto desprecio, como si no supieran qué estaban haciendo. “Joel, te llamo desde un teléfono móvil. Desde uno real”, le dijo. Y entonces se hizo “el silencio” al otro lado de la línea, rememora.
“No imaginamos que habría cámaras digitales ni Internet, pero sí sabíamos que algún día todo el mundo tendría un móvil”, asegura Cooper.
A sus 94 años, Cooper, Premio Príncipe de Asturias en 2009, se ha convertido en toda una celebridad en esta edición del MWC. No en vano, era el inventor del móvil paseando por el congreso de los móviles y todo el mundo le reconocía esos galones.
Si ya en 1973 demostró ser un futurista, sigue con esa misma mentalidad y augura que falta mucho camino por recorrer.
De entrada, marca distancias con los móviles actuales: “Los ‘smarphones’ no me gustan mucho. No creo que sean muy inteligentes”, opina.
Considera que los móviles de ahora intentan prestar demasiadas funciones al conjunto de la población, sin personalizar, y que lo ideal sería que supieran qué quieres hacer y lo hicieran automáticamente, sin que tú tengas que buscar una aplicación.
Respecto al futuro que nos espera con los móviles, augura: “Estamos solo muy al principio” y vaticina que nos ayudarán a resolver grandes problemas actuales.
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Móviles que ayudarán a detectar enfermedades
Cree que permitirán aumentar la eficiencia y la productividad y que así contribuirán a “eliminar la pobreza”.
En segundo lugar, contribuirán a la educación, ya que pondrán la información al alcance de todo el mundo. “Los profesores tendrán que enseñar cómo discriminar la información útil de la desinformación”, apunta.
Y por último considera que jugarán un papel “crucial” en materia sanitaria. “En el futuro, gracias a que el móvil es una extensión de la persona, te estará monitorizando todo el tiempo. Y cuando empieces a ponerte enfermo, antes de que lo estés, tu móvil te transmitirá esa información a un ordenador y serás avisado para que vayas a ver a un médico o para que te curen, y la enfermedad no se producirá”, asegura.
Con todo, Cooper admite que los móviles también tienen aspectos negativos. “La (falta) de privacidad es el principal riesgo” de la tecnología actual, al que hay que sumar la adicción “a las pantallas”, precisa, si bien opina que los aspectos positivos superan claramente a los negativos.
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Un móvil único para cada persona e integrado incluso en el cuerpo
En la nueva revolución tecnológica que está por llegar, imagina un móvil personalizado, adaptado a las necesidades de quien lo utiliza y capaz de “anticipar lo que quieres” gracias a la inteligencia artificial.
Cooper, cuyo teléfono móvil está conectado a su audífono de forma inalámbrica, asegura que el dispositivo del futuro debería adaptarse a la función que realiza y a las necesidades concretas de cada persona.
“Para mí, lo ideal sería que el móvil esté incorporado bajo tu piel, bajo tu oído. Con una computadora adentro. No necesitaría batería porque tu cuerpo sería ya una batería. Y cuando quisieras hablar con alguien y dijeras ‘ponme a Joe al teléfono’ la computadora lo hiciera (...) en lugar de levantar un pedazo de plástico y colocarlo contra tu cabeza, aguantándolo en una posición incómoda”, comenta.
“Pero también tendrás parches o cosas inventadas que medirán cosas en tu cuerpo”, opina.
En la misma línea, augura un futuro con un móvil personalizado, adaptado a las características de cada uno, “porque el móvil estará buscando enfermedades que estén relacionadas con tu genética”, añade como continuación de este relato futurista.
Y cuando el periodista le pregunta si no puede ser peligroso para la salud llevar todo eso en el cuerpo, Cooper sonríe y argumenta que él ya lleva una prótesis de rodilla o dientes postizos.
“El hecho es que los humanos tenemos mejores cerebros, pero somos defectuosos. No olfateamos tan bien como un perro. (...) Así que, ¿por qué no deberíamos incorporar cosas a nuestros cuerpos?”, se pregunta.
Fuente: Agencia EFE
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