En solo dos décadas a partir de ahora, la mitad de todos los barcos nacionales que surcan las aguas costeras de Japón podrían estar pilotando por sí mismos.
Ese es el ambicioso objetivo de la Fundación Nippon, una organización de interés público que respalda el desarrollo de barcos autónomos en el país que atraviesan el océano. Su objetivo es que para 2040 los barcos sin tripulación constituyan un 50% de la flota local de Japón.
Con el respaldo de la fundación, un grupo que incluye a la compañía naviera más grande de Japón, Nippon Yusen KK, planea tener un buque portacontenedores piloto desde la bahía de Tokio hasta Ise, una ciudad costera en la prefectura central de Mie, en febrero.
Según Nippon Yusen, el viaje de 380 kilómetros será la primera prueba del mundo de un barco autónomo en un área con mucho tráfico marítimo.
Para 2030, el mercado global del transporte marítimo autónomo podría llegar a valer alrededor de US$ 166,000 millones.
“Cuando se trata de la automatización de barcos, nuestra misión es que Japón lidere al resto del mundo”, dijo el jueves Satoru Kuwahara, gerente general de la subsidiaria de Nippon Yusen, Japan Marine Science Inc., en una entrevista.
Kuwahara, él mismo un capitán de barco, dice que hay una necesidad real de barcos autónomos en Japón a medida que la fuerza laboral del país se reduce y envejece rápidamente. En la industria nacional de buques tanque, por ejemplo, aproximadamente 40% de la tripulación tiene 55 añoso más, según un informe reciente.
Para la prueba de febrero, la información sobre todo, desde el clima hasta los puntos de datos del radar, se recopilará y procesará en un centro de soporte en tierra. Posteriormente, las instrucciones se enviarán al barco.
En el caso de una alteración, la dirección de la embarcación se podría controlar de forma remota desde el centro. Kuwahara dice que confía en que dicha tecnología estará lista para su uso práctico en 2025.
El “inmenso desafío” desarrollará un entorno regulatorio y estándares de la industria en torno al envío autónomo para entonces, dijo. Por ahora, Kuwahara y otros se están preparando para la prueba de 2022, ejecutando simulaciones en un centro tecnológico al este de Tokio.
Por ahora, Kuwahara y otros se están preparando para la prueba de 2022, ejecutando simulaciones en un centro tecnológico al este de Tokio.
“Necesitamos que esta tecnología sea reconocida, de lo contrario, la implementación real en la sociedad no avanzará”, indicó Kuwahara. “No podemos fallar en esta primera demostración”.