La Inteligencia Artificial (IA) ha llegado para quedarse y hay que aceptarla a pesar de los miedos que suscite, pero es necesario mejorar las herramientas para que desarrolle todo su potencial, defendieron este lunes actores del sector tecnológico en la apertura de la Web Summit de Lisboa.
La cita, uno de los mayores congresos tecnológicos del mundo, dio el pistoletazo de salida a una edición que se extenderá hasta el 16 de noviembre en el Altice Arena de la capital portuguesa y que tiene este año como tema destacado los retos que presenta la IA.
El orador estrella de la apertura fue el cofundador de Wikipedia Jimmy Wales, que consideró que ChatGPT “todavía está lejos de ser una fuente fiable” a pesar de que ha introducido mejoras y estamos a décadas de distancia de tener una IA “verdaderamente eficaz”.
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Wales recordó que la llegada de nuevas tecnologías y herramientas siempre suscita “alarma”, como pasó con la propia Wikipedia, pero quiso calmar los ánimos de quienes ven en la IA un sustituto del ser humano: “No consigo prever el futuro, pero vamos a seguir necesitando la intervención humana en la mayoría de las tareas”.
Más apasionados por esta nueva herramienta se mostraron dos de las figuras más destacadas del ecosistema innovador de Portugal, Cristina Fonseca, cofundadora de Talkdesk, y Vasco Pedro, de Unbabel.
“La IA automatizará mucho trabajo que hacemos hoy y debemos aceptarlo”, defendió Fonseca, que cree que en dos años estará integrada en todas partes y admite que la transición puede ser “difícil”.
Pedro, un pionero que ya apostó por la IA hace diez años, consideró que esta tecnología “creará mucha más riqueza y eso lleva a más empleos, aunque sean diferentes”.
Las apuestas por estas innovaciones también llegaron desde las instituciones y el ministro luso de Economía, António Costa Silva, consideró que jugarán el mismo papel que tuvo la electricidad en su día, mientras que el alcalde de Lisboa, Carlos Moedas, defendió que hay que centrar la tecnología en la humanidad.
Nueva CEO tras polémica
La apertura sirvió como presentación de la nueva CEO de la Web Summit, Katherine Maher, que asumió funciones hace apenas dos semanas después de la dimisión de su predecesor, Paddy Cosgrave, tras unas declaraciones polémicas en las que acusó a Israel de cometer crímenes de guerra en su combate contra Hamás.
Maher no quiso ignorar el tema y defendió la libertad de expresión para hablar de lo que pasa en el mundo, pero reconoció que las palabras de Cosgrave “hicieron daño” a muchas personas.
“Tener el derecho a expresarte y tener en cuenta el peso de tus palabras son dos cosas diferentes”, señaló la nueva CEO, que defendió que la Web Summit es el escenario ideal para conectar y promover todo tipo de debates.
Durante la apertura fueron presentadas algunas empresas emergentes, como Solvicon, una plataforma de facturación; The natural nipple, que fabrica biberones personalizados con la forma del pezón de la madre, o Fizz, una red de comunidades privadas para universitarios.
La Web Summit fue fundada en 2009 y se realizó en Dublín hasta 2016, cuando se trasladó a Lisboa, donde tiene previsto quedarse hasta al menos 2028.
Unas 70.000 personas participan en esta edición de la Web Summit, con un récord de 2.600 start-ups pero una caída de los inversores, hasta cerca de 900.
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