El incidente de Rusia fue una advertencia. En una mañana de invierno del 2013, un meteoro del tamaño de un edificio de cuatro pisos ensordeció a todo el país, explotó cerca de la ciudad de Chelyabinsk e hirió a más de 1,600 personas, además de daños materiales generalizados.
El trozo de roca y hierro, de 18 metros de ancho, fue un violento recordatorio de que la Tierra, bombardeada a diario por toneladas de escombros espaciales, se cruza periódicamente con grandes asesinos de planetas, y una parte significativa de ellos permanece indocumentada.
Después de años de estudio y discusión, la NASA hizo el lanzamiento de su primer intento para evitar a la Tierra el tipo de calamidad que extinguió a los dinosaurios. Estrellará una nave espacial contra un asteroide para alterar su velocidad y curso. La Prueba de redireccionamiento de doble asteroide (DART, por su sigla en inglés) despegó el 23 de noviembre a bordo de una nave SpaceX desde California y navegará durante 10 meses hacia un sistema de asteroides binarios.
La idea es que si los humanos tienen el tiempo suficiente para reaccionar —es preferible contar con décadas de anticipación—, se puede transferir suficiente energía a una roca acelerada para alterar su trayectoria y evitar que impacte la Tierra, previniendo así una catástrofe que podría llegar a tener un nivel de extinción (aunque es un tema popular en la ciencia ficción, vale la pena señalar que el conjunto de herramientas actual de la NASA de técnicas de destrucción de asteroides no incluye a Morgan Freeman, Bruce Willis o armas nucleares).
Dada la naturaleza crítica del trabajo, “no es exagerado sugerir que DART puede ser una de las misiones más importantes jamás emprendidas por la NASA”, escribió Casey Dreier, analista de The Planetary Society, en un memorando de noviembre a los miembros.
“Esta prueba es para demostrar que esta tecnología es lo suficientemente madura como para que esté lista si se detecta una amenaza real de impacto de asteroide”, dijo Lindley Johnson, oficial de defensa planetaria de la NASA, en una conferencia de prensa el 4 de noviembre.
En setiembre del próximo año, si todo sale según lo planeado, la nave DART apuntará a Dimorphos, el cuerpo rocoso más pequeño de 161 metros ligado gravitacionalmente a Didymos, más grande, que tiene casi 792 metros de ancho. Las dos rocas viajan aproximadamente a 1 kilómetro de distancia, y Dimorphos orbita a su hermano mayor cada 11 horas y 55 minutos, “como un reloj”, dijo Johnson.
La nave, que viaja a aproximadamente 24,140 kilómetros por hora, pesa 610 kilogramos y mide 19 metros de ancho, chocará de frente con Dimorphos para ralentizar la roca en una fracción de segundo y ajustar su período orbital alrededor del asteroide más grande en varios minutos.
DART utilizará la focalización láser y otras tecnologías de alta resolución para elegir de forma autónoma su punto de impacto. Mientras se dirige a toda velocidad hacia la roca, la cámara de la nave enviará imágenes de regreso a la Tierra. Un pequeño satélite-cubo liberado desde la nave principal antes del impacto también grabará imágenes desde una distancia segura. Una gran incógnita es la composición de la superficie y la topografía del cuerpo más pequeño, que son demasiado pequeñas para determinarlas desde la Tierra.
El incidente de Chelyabinsk del 2013 hizo que Washington tomara nota y reaccionara, con un aumento de la financiación para la defensa planetaria de más del 4,000% a US$ 200 millones anuales durante la última década, gracias al amplio apoyo de las Administraciones de Obama y Trump, dijo Dreier.
Sin embargo, los desafíos para detectar a estos posibles asesinos de planetas son abrumadores. Los telescopios terrestres tienen un rango limitado, los objetos que se acercan desde la dirección del sol no se pueden ver, muchos asteroides reflejan casi cero luz y todos viajan a velocidades exorbitantes: 69,000 kph o 19 kilómetros por segundo, en promedio.
La NASA planea realizar pruebas adicionales de sus técnicas de alteración de trayectoria una vez que tenga datos de la destrucción de DART en Dimorphos, asumiendo que la misión sea exitosa.