Los robots que deambulan por el sitio de la Exposición Universal de Dubái, Emiratos Árabes Unidos, presagian una nueva era en la región del Golfo donde emergen ciudades futuristas, basadas en la inteligencia artificial.
Conectado a la red 5G, el faraónico recinto de la Expo 2020, que duplica el tamaño del principado de Mónaco, es en sí mismo una “ciudad del futuro” y tras el fin de la exposición seguirá siendo una plataforma para el desarrollo de nuevas tecnologías, dijo el responsable del evento, que comenzó el 1 de octubre y termina el 31 de marzo del 2022.
Los robots reciben a los visitantes y pueden registrar los pedidos de restauración.
Con un costo de US$ 7,000 millones, este proyecto no es el único en la rica región del Golfo, donde los petrodólares se invierten ahora en el futuro pospetrolero de la zona.
Arabia Saudita invirtió unos US$ 500,000 millones (unos 437,000 millones de euros) en el megaproyecto NEOM, una megalópolis futurista en el Mar Rojo y está probando taxis voladores.
En el riquísimo reino petrolero, la inteligencia artificial está en el centro de otros proyectos, como el de un nuevo balneario en construcción en el Mar Rojo, con tecnologías de vanguardia para observar los impactos ambientales y los movimientos de personas.
Según los analistas, las monarquías del Golfo están dispuestas a apostar fuerte por la inteligencia artificial, conscientes de su dependencia de industrias vinculadas a los combustibles fósiles.
“Hay líderes que anticipan, que no temen arriesgar y ven la necesidad de transformación”, declaró Kaveh Vessali, de la consultora PricewaterhouseCoopers (PwC) Middle East.
Transporte automatizado
La pasión por las nuevas tecnologías en los emiratos del Golfo no tiene límites.
En Baréin hay cursos de inteligencia artificial en la escuela primaria. En los Emiratos se desarrolla un plan de entrega de correo y mercancías con drones. Dubái aspira a automatizar 25% del transporte de aquí al año 2030.
Los Emiratos nombraron en el 2017 un ministro de Estado dedicado a la inteligencia artificial, Omar Ben Sultan al-Olama.
Según un informe de PwC, en el 2030 la región de Oriente Medio representará sólo el 2% de la economía mundial de la inteligencia artificial, valorada en US$ 15,700 millones (unos 13,700 millones de euros).
Sin embargo, las monarquías del Golfo (Baréin, Kuwait, Omán, Catar, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos-EAU) invierten a largo plazo y algún día podrían superar a los principales actores del sector.
El crecimiento anual del mercado de la inteligencia artificial de los países del Golfo -encabezados por los EAU y Arabia Saudita- se sitúa entre el 20% y 34%, sostiene PwC.
La inteligencia artificial podría representar en esos dos países el 10% de su PBI en el 2030, según la misma fuente.
En los países del Golfo, “los gobiernos se dan el lujo de ser más estratégicos”, declaró Vessali, refiriéndose a planes para 20 o 50 años.
Proceso “simplificado”
La idea de “ser visto como rezagado en nuevas tecnologías se considera en la región como un riesgo mayor que cualquier otro”, explicó César López, director de Datumcon, empresa que desarrolla en particular tecnologías para escanear e identificar los contenedores dañados en el puerto de Jebel Ali en Dubái, uno de los más activos del mundo.
“Asumir el riesgo de hacer lo que otros no hacen permitió atraer empresas y construir un mercado” dijo López, que destacó el proceso “simplificado” de tomas de decisiones en los Emiratos.
Pero la falta de fiabilidad y la dificultad de acceder a los datos, actividad fundamental para el desarrollo de sistemas basados en la inteligencia artificial, sigue siendo un obstáculo.
“Pasarán algunos años” antes de que tengamos un sistema exitoso en la región, manifestó Stephan Rawson, socio de la consultora Oliver Wyman.