La relación entre la actividad legal e ilegal en bitcoin cambió, según Lilita Infante de la Administración para el Control de Drogas (DAE, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
Cuando Infante empezó a ver aparecer el bitcoin en sus casos en la DEA hace cinco años, el análisis de los datos de cadena de bloques mostró que la actividad criminal estaba detrás de aproximadamente el 90% de las transacciones en la criptomoneda. Ahora, la actividad ilegal disminuyó a alrededor del 10% y la especulación se ha convertido en el factor dominante, señaló.
Eso no significa que los criminales hayan dejado de usar bitcoin. El volumen total de transacciones asociado con usos ilegales ha aumentado desde el 2013, señaló Infante, quien es agente especial de la DEA y una de las 10 personas que conforman el Grupo de Trabajo de Investigación Cibernética.
El equipo se enfoca en investigaciones relacionadas con la internet oscura y la moneda virtual y colabora con otras unidades del Departamento de Justicia que incluyen la Oficina Federal de Investigaciones y la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos.
"El volumen ha crecido enormemente, la cantidad de transacciones y el valor en dólares ha crecido enormemente durante los años en la actividad criminal, pero la relación ha disminuido”, dijo Infante en una entrevista en su oficina en Weston, Florida. "La mayoría de las transacciones se utilizan para la especulación de precios”.
Los resultados de Infante contradicen la percepción popular de que bitcoin es utilizado principalmente por criminales como el famoso Dread Pirate Roberts, pero también muestran que el mercado clandestino es uno de los mayores grupos de personas que usan bitcoin por sus características reales en lugar de sus fluctuaciones de precios.
Las transacciones son anónimas, por lo que no son fáciles de rastrear, mientras que un sistema descentralizado de libro mayor elimina la necesidad de bancos y gobiernos, y también significa que no hay una compañía que pueda ser citada en una investigación.
La internet oscura, donde se venden bienes ilegales, funciona exclusivamente con criptomonedas, como ha sido el caso durante años, dijo Infante.
Lo que se ha convertido en una tendencia creciente en el último año es que las organizaciones criminales, como los cárteles de drogas, usan cada vez más monedas digitales en todas sus operaciones, desde blanqueo de dinero hasta transferencias transfronterizas, ya que es más barato, más rápido y se considera que es más seguro que pasar por el sistema bancario, dijo Infante.
Sin embargo, es una espada de doble filo para los criminales, ya que las agencias de orden público están utilizando la tecnología de cadena de bloques en su beneficio.
Bitcoin y otras cadenas de bloques son públicas e inmutables, proporcionando un recurso valioso para que los agentes rastreen las transacciones y los patrones, y mientras las direcciones de billetera alguna vez escondían las identidades de los usuarios, dijo Infante, "ya no".
Aunque los usuarios a veces intercambian bitcoin por otras monedas con cobros más bajos y tiempos de transacción más rápidos para transferir fondos, la gran mayoría de las transacciones aún se realizan en bitcoin.
Las criptomonedas centradas en la privacidad, como Monero y Zcash, no son lo suficientemente líquidas y aunque son más anónimas que bitcoin, "todavía tenemos formas de rastrearlas", dijo Infante.
Los traficantes y los blanqueadores de dinero intercambian bitcoin por monedas fiduciarias en plataformas de intercambio extrabursátiles y entre pares, aunque también pasan por plataformas de intercambio importantes en Estados Unidos, señaló Infante.
Infante dijo que los delincuentes probablemente continuarán usando criptomonedas, pero eso le parece bien. "La cadena de bloques en realidad nos da muchas herramientas para poder para identificar a las personas”, señaló. "De hecho, quiero que sigan usándolo”.