En el contexto de la pandemia generada por la COVID-19, el desarrollo de estrategias digitales para la continuidad pedagógica evidenció las desigualdades en materia de infraestructura tecnológica para la eduación en América Latina (AL).
Carlos Rebellón, director de Asuntos Gubernamentales para Américas, México y Canadá de Intel, señaló a gestion.pe que por su naturaleza, la brecha digital, y en particular la que tiene impacto en la educación, no es un problema que se pueda resolver con una solución, sino que requiere de un abordaje integral.
En ese sentido, el estudio Hacia una agenda integral de la adopción de tecnologías para el aprendizaje 4.0 en América Latina, de Intel, CAF Banco de Desarrollo de América Latina y C4IR.CO (Centro para la Cuarta Revolución Industrial de Colombia), reconoce cuatro dimensiones que debe considerar un modelo centrado en el aprendizaje moderno:
- Conectividad, nube y dispositivos;
- protección de datos del menor y seguridad;
- programas de inclusión de tecnologías, desarrollo de competencias, métricas y contenidos;
- formación y acompañamiento docente.
¿En qué consisten?
Si nos enfocamos en la primera dimensión, podemos profundizar en lo que es necesario en términos de condiciones, herramientas y plataformas para mitigar la brecha como la tenemos al día de hoy:
· Conectividad, acorde a las necesidades de las escuelas en términos de velocidad, alcance y capacidad de soporte de señales.
· Nube: para gestionar el contenido en tiempo real, seguro y accesible en las áreas que ya cuentan con conectividad.
· Dispositivos: adecuados para el aprendizaje de habilidades creativas y de cuarta revolución industrial como el análisis de datos y la inteligencia artificial. Según el estudio, los dispositivos mas adecuados son los computadores personales de nivel medio o avanzado.
El CAF (Banco de Desarrollo de América Latina) propone acompañamiento para los países de la región que les permita avanzar en el cierre de esta brecha, principalmente en lo que tiene que ver con infraestructura y tecnologías digitales y así potenciar el modelo de aprendizaje 4.0, que englobe no solo elementos de infraestructura, conectividad y dispositivos, también que entienda los desarrollos a nivel de programas integrales, como los de competencias o todo lo que implica el acompañamiento pedagógico para fortalecer las habilidades de los maestros.
El primer caso de conectividad está en Perú, donde Internet para Todos (IPT), permiten a todas las operadoras móviles del Perú, la capacidad de extender sus servicios a las zonas rurales del país.
De esta forma, aproximadamente dos millones de peruanos en 12 mil comunidades de la costa, sierra y selva cuentan ahora con acceso a Internet 4G gracias a IPT y goza del ecosistema necesario para este nuevo modelo de aprendizaje, que combina el máximo esfuerzo entre el sector público y privado para seguir acortando la brecha digital.
¿Cómo convertirnos en una sociedad digital?
Para alcanzar el nivel de una sociedad altamente digitalizada necesitamos que las personas estén en igualdad de condiciones para que el acceso a la tecnología sea factible. Hablamos, por tanto, de inclusión. Esta inclusión va desde el acceso financiero a la adquisición de nuevas tecnologías hasta la capacidad de mantener y conservar esta tecnología.
Un segundo punto es la infraestructura. Al no tener una condición estructural que soporte las necesidades de conexión de la población, por ejemplo, no se podrá disfrutar de toda su capacidad y, a su vez, no será garantía de que se alcance el potencial de digitalización que pueda tener esta tecnología, ya sea un dispositivo personal o una plataforma en la nube.
Por fin, se puede decir que el centro de este estudio es el “talento”, ya que una sociedad digital que solo se componga de infraestructura, no va a ser exitosa si no existe ese talento que pueda aprovecharla.
Todo esto acompañado de capacitación...
La capacitación digital cumple un rol fundamental en la conversión de la sociedad digital. Si no hay talento suficiente, la adopción de temas como la educación y trabajo virtual, la salud remota, entre otros, podrían resultar muy costosas. Además, es necesario la obtención de marcos normativos adecuados.
Con respecto al estudio, claramente el talento es el centro de esto y también hay nuevas habilidades digitales que requieren ser adquiridas en una edad temprana. Muchos estudios han demostrado que se necesita de una gran cantidad de ingenieros de la mano con una nueva “raza” de estudiantes de universidades que desde distintas disciplinas apliquen la ciencia de datos y código. Si esto no se enseña y aprende desde temprano, es probable que el interés se pierda.
Según el estudio, cerca del 60% de los encuestados señala que no está conforme con el equipo de asistencia técnica en escuelas. ¿Cómo es la situación en las empresas?
En cualquier organización, como una empresa o escuela, la integración de tecnologías requiere de capacidades para usarla. En el caso de la educación, uno de los primeros aspectos observados se vincula con las capacidades con las que cuentan los/as docentes pueden integrar los dispositivos digitales en la enseñanza.
En países como México y Chile, un alto porcentaje de directivos considera que sus docentes cuentan con tales capacidades (77% en México y 62% en Chile). Sin embargo, en Colombia, Costa Rica, Perú y Uruguay, solo la mitad considera que los docentes reúnen dichas capacidades (55% en Costa Rica, 54% en Perú y 50% en Colombia y Uruguay) según los datos de la prueba PISA (2018).
En este contexto, la cualificación del equipo de asistencia técnica en las escuelas es fundamental. Sin embargo, en el caso de Perú, solo el 41% está conforme, mientras que, en Uruguay y Chile, se identifica que el 56% y 63% está conforme, respectivamente. Esto muestra que al maestro no se le puede dejar solo, ya que la adopción tecnológica requiere soporte técnico para su operación y, sobre todo, mientras más avanzamos en la complejidad de las tecnologías.
¿Tiene que ver con la inversión en el sector?
Esta percepción puede tener también un sustento al analizar la brecha de inversión en educación digital, la literatura contempla específicamente la brecha de acceso a dispositivos. Según estimaciones de 2020 del Centro de Estudios de Telecomunicaciones de América Latina, para que la región llegue a los niveles de digitalización de la OCDE para 2025 se requieren 160 mil millones de dólares de inversión. Estimaciones de CEPAL en 2020 definen que se debería invertir 1% del PIB para proveer una canasta básica integrada por un computador portátil, un teléfono inteligente, una tableta y un plan de conexión para los no conectados.
En cuanto al equipamiento, salvar la brecha de inversión en educación resultaría en la reformulación de las escuelas como centros de conocimiento, en los cuales, adicionalmente a la inversión requerida en infraestructura tecnológica (conectividad y equipamiento), se contemple también la inversión en infraestructura básica para las escuelas (de servicios como agua y energía).
Actualmente los países regionales seleccionados en este estudio dedican entre 3.8% y 7.6% de su PIB a la educación según la OECD.
En el caso de Perú, se observa en la ilustración que el gasto en educación es uno de los más bajos y su desempeño, también. Hay una clara diferencia entre la región y los países contemplados en el análisis internacional, lo que demuestra la importancia de tener una estrategia de inversión que guíe de forma óptima los recursos a ser destinados para tal fin.