La burbuja de los NFT no ha explotado, pero podría estar mostrando una fuga.
Un año después de que un token no fungible se vendió por US$ 69.3 millones en criptomonedas en una subasta de Christie’s, en la que el comprador pagó por quedar registrado en la cadena de bloques como propietario de un archivo digital que cualquiera puede ver en línea de forma gratuita, este extraño y frenético mercado está mostrando signos de desaceleración.
Las ventas en OpenSea, el mayor mercado de NFT, habían alcanzado casi US$ 5,000 millones en enero, un salto gigantesco desde los US$ 8 millones del año anterior, pero descendieron a unos US$ 2,500 millones el mes pasado.
Alrededor de 635,000 personas compraron un NFT el mes pasado, por US$ 427 en promedio, según el rastreador de mercado CryptoSlam, lo que supone un descenso con respecto a las cerca de 948,000 por US$ 659 de enero.
No obstante, las empresas siguen apostando por el “metaverso” de moda, en el que los activos digitales, como los terrenos virtuales y la ropa para los avatares, pueden comprarse a cambio de criptodivisas como NFT.
JP Morgan y HSBC son algunas de las empresas que han abierto este año locales virtuales en mundos basados en NFT, mientras que YouTube e Instagram también tienen planes de NFT.
“Evidentemente, el entusiasmo y el interés que hubo en algunos periodos del año pasado ya no existe”, afirma Pablo Rodríguez-Fraile, coleccionista de arte digital con sede en Miami. “Creo que hemos conseguido algo que no era sostenible”.
No obstante, añadió que las ventas han vuelto a repuntar en las últimas semanas.
Modesta Masoit, directora de Finanzas y Análisis de la firma de investigación de NFT DappRadar, dijo que el mercado no estaba en declive general, sino que se estaba consolidando después de su crecimiento meteórico, y añadió que la cautela de los inversores tras la invasión de Rusia a Ucrania a finales de febrero puede haber deprimido las ventas.
“Todo el mundo esperaba que hubiera un periodo de consolidación. No está desapareciendo, sólo se está consolidando”, añadió.
Las ventas totales de NFT han sumado unos US$ 11,800 millones en lo que va del 2022, según DappRadar, excluyendo las ventas por US$ 19,300 millones de una plataforma que se sospecha que está dominada por las operaciones irregulares.
De alcista a bajista
Las NFT pueden ser bestias exóticas y peligrosas. Los precios pueden caer drásticamente tras una subida inicial en un mercado muy volátil en el que el valor de un activo depende de su estatus social.
Nima Sagharchi, director de activos digitales de la casa de subastas Bonhams, afirma que, a diferencia del mundo del arte tradicional, el mercado de las NFT puede oscilar entre ciclos alcistas y bajistas en tan sólo una semana.
Una NFT que representa una pieza de imágenes abstractas generadas por computador de una colección llamada Art Blocks se habría vendido por unos US$ 15,000 en promedio durante un alza vista en setiembre del 2021, pero alcanzó poco menos de US$ 4,200 el mes pasado, según CryptoSlam.
En tanto, los NFTs de Bored Ape Yacht Club -un conjunto de 10,000 variaciones de un primate de dibujos animados- siguen vendiéndose por unos US$ 300,000 en promedio.
Comprar un Bored Ape -como han hecho celebridades como Madonna y Paris Hilton- puede considerarse un cruce entre un club de socios y un plan de inversión. Los compradores suelen anunciar su pertenencia al club poniendo su NFT como foto de perfil en las redes sociales.
El mes pasado se lanzó una criptomoneda llamada ApeCoin, que se entregó inicialmente a los titulares de NFT de Bored Ape y a los fundadores del proyecto.Su capitalización de mercado es ya de US$ 3,400 millones, según datos de Coinbase.
Raoul Pal, un antiguo ejecutivo de Goldman Sachs, escribió en un blog que las expectativas de este token le animaron a gastar alrededor de US$ 400,000 de la criptodivisa éter en un NFT de Bored Ape. “Los tokens sociales son la GRAN cosa”, agregó.