Empresas peruanas fueron víctimas de ciberataques destinados a robar información sensible y comprometer la integridad de los datos. Con ello, se han visto afectadas las industrias, banca, telecomunicaciones, comercio minorista y manufactura.
En el 2023, se registraron 5 millones de ciberataques, a diferencia del 2022, que la cifra bordeó los 15 millones. Este resultado refleja las acciones que las empresas toman frente a la problemática.
“El aumento del número de intentos de ciberataques se explica por muchos factores. El crecimiento de la infraestructura de internet ha llevado a un aumento en el número de usuarios en línea, es decir, más objetivos potenciales para los ciberdelincuentes. La mayor dependencia tecnológica de la sociedad peruana, reflejada en la creciente adopción de dispositivos conectados al internet de las cosas, amplía la superficie de ataque potencial”, agrega Santiago Sánchez, experto en ciberseguridad en ZeroQ.
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Modalidades de ciberataques
- Phishing: Los atacantes cibernéticos se hacen pasar por organizaciones legítimas, como bancos o compañías reconocidas, para engañar a las personas y obtener información sensible, como contraseñas o datos financieros. Los métodos más comunes incluyen correos electrónicos falsos, mensajes de texto engañosos o sitios web fraudulentos.
- Ransomware: Este tipo de malware impide que las víctimas accedan a sus archivos o sistemas, exigiendo un pago a cambio de liberar el acceso.
- Ataques a sitios web y aplicaciones: Estos ataques intentan comprometer la seguridad de sitios y aplicaciones mediante técnicas como la inyección de código SQL, cross-site scripting (XSS) y ataques de denegación de servicio (DDoS), afectando tanto a empresas como a usuarios individuales.
- Malware: Este software malicioso está diseñado para causar daño, acceder sin autorización o tomar control de un sistema o dispositivo. Dependiendo de su comportamiento, puede clasificarse como virus, gusanos, troyanos o spyware.
“La prevención de ciberataques en una plataforma de atención al cliente requiere un enfoque integral que combine tecnología avanzada, capacitación del personal, políticas robustas y una preparación constante. Al implementar estas estrategias, las empresas pueden reducir significativamente el riesgo de ciberataques y proteger la información valiosa de sus clientes, manteniendo así la confianza y la lealtad en un entorno digital cada vez más desafiante”, culminó Sánchez.
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