(Foto: AFP)
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Un anillo brillante llamado Circular Ring se exhibe bajo una cúpula de cristal, pero bajo esta apariencia de joya preciosa se esconden microsensores capaces de medir más de 140 parámetros físicos, desde la frecuencia respiratoria hasta la temperatura corporal.

Muchas empresas emergentes presentes esta semana en la feria anual de electrónica CES, en Las Vegas, prometen análisis biométricos cada vez más precisos, medidos con dispositivos cada vez más discretos y fáciles de usar.

“Queremos democratizar la salud personal”, asegura Amaury Kosman, fundador de la start-up francesa Circular.

Es un objetivo compartido por muchos expositores, en un momento en el que la pandemia ha popularizado la telemedicina y el deporte en casa.

Sin embargo, algunos expertos se preocupan por la otra cara de la moneda: los riesgos potenciales de estrés o adicción.

“Durante el día, el anillo detecta la intensidad de tu actividad. Tenemos un puntaje de energía basado en tu frecuencia cardíaca, tasa de oxigenación en la sangre, cambios en la temperatura y otros datos”, explica Kosman.

“Por la noche, continúa: rastreamos las fases del sueño, cuánto tardas en conciliar el sueño, si estás alineado con tu ritmo circadiano, etc. Y por la mañana vibra para despertarte en el momento adecuado”, explica, a dos meses de la preventa del anillo que costará alrededor de US$ 340.

El directivo asegura que no se trata de inundar al usuario con datos crudos incomprensibles.

El algoritmo de la aplicación móvil se encarga de traducirlos en forma de recomendaciones personalizadas.

No más agujas

La demanda es innegable: decenas de millones de personas ya han puesto sus cuerpos bajo vigilancia parcial o continua.

En el 2022, el sector de los “wearables”, o computación corporal, para la salud y el deporte representará más de US$ 14,000 millones, pronostica la Asociación Tecnológica del Consumidor (CTA), que organiza el CES. Esto es más del doble que en el 2018.

El crecimiento está impulsado por relojes como los de o Samsung, equipos que fueron un boom durante la pandemia, pero también por los dispositivos de seguimiento.

En el sector salud, las empresas quieren hacer que los instrumentos reservados durante mucho tiempo para las prácticas médicas sean accesibles para la mayor cantidad de personas, y también facilitar las consultas a distancia.

El suizo Biospectal y el francés Quantiq, por ejemplo, utilizan la cámara de los teléfonos inteligentes.

El primero propone medir la presión arterial colocando el dedo en el objetivo, para luchar contra la hipertensión a gran escala.

El segundo desarrolla algoritmos que calculan, con una selfi, la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria y la presión arterial.

La empresa japonesa Quantum Operation diseñó un prototipo de brazalete que mide continuamente el nivel de glucosa en la sangre. Así, los pacientes diabéticos ya no necesitarían agujas.

Las innovaciones médicas pueden responder a necesidades reales, pero la línea se desdibuja con prácticas relacionadas con el “yo cuantificado”, que consisten en medir todo tipo de indicadores físicos para alcanzar objetivos de salud o bienestar.

“Dependencias”

El Olive Healthcare de Corea del Sur presentó sus últimos escáneres infrarrojos portátiles: Bello analiza la grasa abdominal (y hace recomendaciones para perderla) mientras que Fitto analiza la masa muscular (y las formas de aumentarla).

“Como sociedad, tenemos que preguntarnos si estas herramientas resuelven problemas o si dan lugar a nuevas dependencias”, señala Nils-Eyk Zimmermann, politólogo alemán especializado en el “yo digital”.

“Creamos una representación digital de nosotros mismos que no se corresponde necesariamente con la realidad”, agrega. Se trata de una imagen que puede ser positiva, pero también negativa, incluso estresante, si el usuario escucha habitualmente que no se mueve lo suficiente.

“No creo que sea demasiada información. Podemos manejarlo”, cree Paul Buckley, director de ventas de Withings en .

Se refiere a Body Scan, la báscula conectada que presenta esta empresa francesa en el CES. Planea “transformar el pesaje de la mañana en una verdadera rutina de salud proactiva”, promete en el comunicado.

Su mango retráctil con electrodos realiza un electrocardiograma y analiza en detalle la composición corporal de cada parte del cuerpo.

La base se encarga de la actividad nerviosa para detectar posibles signos de alarma de diabetes.

“Cuando la gente va al médico, no necesariamente se les dice todo”, advierte Buckley. “Ahora podrá realizar cambios diarios porque estará mejor informado sobre lo que sucede en su cuerpo”.