Vista aérea de la Tierra. (Foto: Getty Images)
Vista aérea de la Tierra. (Foto: Getty Images)

La salud de la es cada vez más precaria a causa del cambio climático y para escrutar con mayor precisión la imagen del planeta, la (ESA) anunció hoy el lanzamiento de nuevos satélites de observación.

Lo hizo en la inauguración del "Living Planet Symposium", un foro que cada tres años analiza el planeta mediante los datos que llegan desde el cielo y que en esta ocasión reunió a unos 4.300 expertos, científicos y estudiantes en la ciudad italiana de Milán.

"Estamos ante una emergencia climática que se ve muy bien con los satélites", reconoció en una entrevista a Efe durante el evento el director de los programas de Observación de la Tierra de la ESA, Josef Aschbacher.

El científico austríaco puso como ejemplo la preocupante elevación de los mares, ya que según las estimaciones si no se revierten los estragos del cambio climático en el año 2100 las aguas habrán crecido un metro, poniendo en peligro el litoral terrestre.

En Milán, donde se celebra este simposio hasta el viernes, los expertos y científicos están de acuerdo: la Tierra sufre y el es toda una realidad, una amenaza palpable, tal y como demuestran los satélites que custodian el planeta desde su órbita.

Por ejemplo el Sentinel 5P ha constatado elevados niveles de dióxido en las zonas más urbanizadas del centro y norte europeo, precisamente donde se concentra parte importante del tráfico y de la industria del continente.

O basta pensar en el ingente deshielo de los glaciares del mundo: entre 1961 y 2016 se han deshecho nueve billones de toneladas de hielo, sobre todo en Alaska, el manto de Groenlandia o el sur de los Andes, aumentando en 27 milímetros el nivel del mar.

La ESA pretende seguir examinando el planeta desde lo alto y para ello en 2020 sumará el Sentinel 6 al programa Copérnico, un proyecto liderado por la Comisión Europea para observar de forma continuada el planeta y que es considerado el más ambicioso del mundo.

Pero además hoy se anunció en Milán la puesta en órbita de otros tres satélites: En 2022 "EarthCare" para medir el efecto invernadero y "Biomass" para controlar los bosques, y en 2023 "Flex", dirigido a cuantificar y examinar la fotosíntesis de las plantas del planeta.

En el futuro más próximo, en septiembre la ESA pondrá en órbita dos pequeños "Cubesat" con procesadores de inteligencia artificial, y en los primeros meses del año que viene será el turno del español Seosat Ingenio, que ofrecerá imágenes en alta resolución.

En cualquier caso Aschbacher recordó que la ESA, como agencia técnica, se limita a observar la Tierra y que luego son los líderes políticos quienes deben tomar decisiones y favorecer un cambio.

Pero, eso sí, debe llegar de todos los Estados del mundo: De nada sirve que Europa se proponga descarbonizar su industria antes de 2050, lo que consideraría "un paso verdaderamente increíble", si no lo hacen otros gigantes contaminantes como Estados Unidos y China.

Y por otro lado se deben invertir más fondos en esta tecnología pues, defendió, cada euro desembolsado para la observación terrestre genera diez euros en favor de la economía europea.

A esto hay que sumar otros de sus múltiples beneficios, pues no solo permite tomar el pulso al amenazante cambio climático, sino también conocer de primera mano los fenómenos que provocan las migraciones o las guerras, como la escasez de recursos, entre otros.

Pero mirando al futuro, también los satélites deberán renovarse, tal y como recordó en el simposio el director de la ESA, Johann-Dietrich Wörner: deberán ser más ecológicos y baratos, reconfigurables, robustos y transmitir sus datos de forma segura.

En la inauguración de este simposio, que concluirá el viernes, estuvieron muy presentes los mensajes la adolescente sueca Greta Thunberg, promotora de las huelgas estudiantiles a nivel global para exigir a los líderes cambios en sus políticas medioambientales.

En nombre de este movimiento habló uno de sus rostros visibles, el joven alemán Jakob Blasel, con un encendido discurso en el que reprochó que la clase política "no se toma en serio los riesgos" del clima.

Y agradeció la labor que los investigadores realizada desde sus laboratorios cada día: "Los científicos sois la base para que nuestros líderes hagan posible el futuro", reconoció.

"El momento de actuar es ahora. Todo el mundo en esta sala, cada personas en este continente y en todo el planeta debe hacer lo que esté en su mano para frenar la crisis climática", zanjó ante los altos directivos de la ESA y las mentes que idean sus ingenios.