Los tiempos han cambiado. De la administración pública, el ciudadano exige hoy calidad, simplicidad, buenas decisiones, comportamiento ético y capacidad de respuesta rápida a sus necesidades.
“Las comprobadas debilidades en la planificación y ejecución de los presupuestos públicos en los tres niveles de gobierno generan una demanda sostenible de profesionales competentes y éticos en la gestión pública nacional”, sostiene Guillermo Raffo, director de la Escuela de Posgrado de la Universidad Norbert Wiener.
Agrega que, antes de la pandemia, la Contraloría General de la República determinó que los sistemas de salud auditados mantenían una preocupante inobservancia de las normas técnicas. “Este hecho evidencia la debilidad en la gestión institucional a nivel nacional. Si bien es cierto se refiere solo al sector salud, presupuestalmente este es uno de los sectores más importantes”.
RESPUESTA EFICIENTE
La gestión pública debe estar formada por talentos que tengan capacidad de respuesta eficiente y visión de sostenibilidad en el manejo de los bienes y recursos —que son escasos— para atender con calidad a la ciudadanía. Esto se consigue básicamente con una preparación continua del profesional.
En esa línea, Raffo resalta que la Norbert Wiener ofrece seis programas de maestría orientadas a la profundización profesional en el sector estatal. Estas son: Gestión Pública y Gobernabilidad, Ciencia Criminalística, Docencia Universitaria, Gestión en Salud, Salud Pública y Ciencias de Enfermería con mención en Gerencia de los Cuidados de Enfermería.
“Todos nuestros programas son semipresenciales, flexibles y con horarios para profesionales. Tenemos docentes nacionales e internacionales, una visión global de vanguardia y pasantías internacionales virtuales con las mejores universidades de Latinoamérica y Europa. Asimismo, clases compartidas con estudiantes y docentes de universidades latinoamericanas, participación en congresos internacionales, foros internacionales y más de 16 máster class con docentes de universidades europeas, norteamericanas y de Latinoamérica, dependiendo del programa”, subraya.
MIRADA INNOVADORA
César Fuentes, director de la Maestría en Gestión Pública de ESAN, explica que para analizar por qué es importante llevar una maestría en gestión pública es necesario partir del contexto que tenemos como país.
“En términos de demanda, una vez que se han estabilizado las políticas monetarias y fiscales, la labor de Estado es bastante más amplia. Lo que hoy comúnmente se llama Reforma del Estado significa para el ciudadano la mejora en la calidad de los servicios como educación, salud, defensa, seguridad y todo lo que tiene que ver con la relación Estado-ciudadano, siendo esta la gran tarea pendiente de este siglo”, opina.
”Si la gestión pública constituye un gran reto en tiempos ordinarios, en épocas de crisis los desafíos se multiplican”. Marcelo Cedamanos Rodríguez, director de la Maestría en Gerencia Pública de la Escuela de Posgrado de la Universidad Continental.
La Maestría en Gestión Pública de ESAN cubre temas como gestión, medición de indicadores, capacidades de negociación, técnicas de evaluación económica y social, innovación, conocimiento de Asociaciones Público-Privadas, gerencia de gobierno electrónico, entre otros.
“Si bien es cierto que hay presupuestos, gastos y costos, la lógica del Estado es diferente a la de una empresa privada. Por ello, en los primeros módulos de la maestría se discute cuál es el funcionamiento del Estado y el Gobierno, y, por otro lado, se profundiza en las evaluaciones sociales de políticas públicas”, detalla Fuentes.
Por su parte, Marcelo Cedamanos Rodríguez, director de la Maestría en Gerencia Pública de la Escuela de Posgrado de la Universidad Continental, explica que la gestión pública constituye un gran reto porque no es posible implementar una iniciativa, por muy buena que sea, si no está normada, bajo el riesgo de ser denunciado. Y los desafíos se multiplican en tiempos de crisis, como el que estamos pasando con la llegada de la pandemia.
“Debe poderse generar el equilibrio entre la flexibilidad y el control. Lo primero para reducir tiempos y simplificar el procedimiento en lo posible, y lo segundo para evitar una mala contratación o permitir un acto de corrupción”, puntualiza.