
América Latina tiene una oportunidad histórica para atraer inversiones en energías renovables a través de la recaudación de un Impuesto al Carbono en el Transporte Marítimo, medida que la Organización Marítima Internacional (OMI) de las Naciones Unidas busca definir en abril y que podría generar hasta 60.000 millones de dólares anuales para financiar la transición energética en países en desarrollo. Gracias al potencial de su sector energético, podría convertirse en un epicentro de producción de hidrógeno verde, impulsando la modernización portuaria y el abastecimiento de una nueva flota marítima con menor consumo de combustibles fósiles.
La transición del transporte marítimo a energías renovables podría generar hasta 4 millones de nuevos empleos para 2050, principalmente en el sur global.
En el caso de Perú, el país tiene un potencial de generación de energías renovables que lo pondría como un productor competitivo de combustibles limpios en la región. Este hidrógeno verde, que se produciría en el territorio nacional, tendría potenciales usos como combustible con cero emisiones para el comercio internacional marítimo, entre muchos otros.
Una de las ventajas del hidrógeno verde es que este combustible puede utilizarse con la infraestructura ya disponible de gas natural, lo que facilita su aplicación frente a la transición energética con otras fuentes de energía renovable. Además, el hidrógeno verde es la única fuente actual de combustible que permite reducir significativamente las emisiones en industrias del transporte como la aviación y la marítima.
Lograr descarbonizar la industria marítima tendría un enorme impacto en la baja de emisiones del Perú. Cabe destacar que, aproximadamente, el 90% de las exportaciones e importaciones que llegan y se van del país lo hacen a través de barcos. Si estos comenzaran a moverse propulsados a través de hidrogeno verde, el país estaría más cerca de lograr sus ambiciosos objetivos climáticos de reducción de un 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero al 2030.

Si al potencial natural de produccion de energias renovables le sumamos la aplicación de un impuesto al carbono en el comercio marítimo, esto significa el impulso necesario a este tipo de industria para lograr una descarbonización en el Perú
De este modo, Perú podría posicionarse como un hub estratégico para la energía limpia y la logística marítima sostenible.
Los 176 gobiernos de la OMI, incluido aquellos de América Latina, reanudarán sus negociaciones sobre los detalles clave de esta regulación (el precio, el alcance y la distribución de ingresos) del 17 al 21 de febrero en Londres, antes de finalizar en una Cumbre en abril de este año.
Tania Miranda, directora del programa de Medio Ambiente y Cambio Climático del Instituto de las Américas, dijo: “Todos los países miembros de la OMI, incluyendo los latinoamericanos, acordaron por consenso en 2023 descarbonizar la industria para mitad de siglo, y que para ello es necesario imponer un precio global a las emisiones de carbono del transporte marítimo. Ahora, tienen la oportunidad de diseñar esta política de una manera que beneficie a nuestras comunidades e industrias. Esta medida impulsaría la inversión en proyectos de energía renovable en toda América Latina, y los futuros ingresos de un impuesto podrían ayudar a que nuestros puertos y cadenas de suministro sean más resilientes al cambio climático. Está en el interés de los gobiernos de toda la región participar de manera activa y constructiva en las conversaciones de la OMI en febrero para lograr que se adopte una medida ambiciosa y equitativa en abril de este año”.
Más de 45 países ya apoyan esta medida, que además de atraer inversiones y generar empleo, permitiría reducir las emisiones del transporte marítimo y posicionar a la región como un actor clave en la economía del futuro. En la próxima votación de la OMI, América Latina tiene la oportunidad de liderar el cambio y negociar los beneficios económicos de la transición energética.
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