¿Y qué le dirías a una mujer que quiere crecer profesionalmente en un entorno más masculino?
¿Y qué le dirías a una mujer que quiere crecer profesionalmente en un entorno más masculino?

Ignacio Quintanilla

¿Y qué le dirías a una mujer que quiere crecer profesionalmente en un entorno más masculino? Hay que comprarse el pleito. Sí, le diría eso.

Ser mujer profesional en un mundo tan masculino como es el nuestro es difícil. Muchos pequeños detalles te hacen esforzarte más y muchas veces cobrando menos que un hombre.

He visto reuniones en las que, cuando eres mujer te tratan como si fueras más débil. Como si fueras menor. Con esos falsos modales de dulzura te hacen sentir pequeña y menos importante. Muchas veces movidos por sesgos inconscientes. Pero el resultado es el mismo.

Otras veces he visto cruces de miradas entre hombres cuando estás interviniendo cuyo gesto pretende desacreditar tu opinión. Y tú lo percibes y te pones nerviosa, como lo haría yo o cualquier otro. Ahí hay una realidad consciente que pretende desacreditarte por ser mujer.

O cuando aparecen las conversaciones en las cuales se refieren a las mujeres como objetos o como personas de menor valor. No te lo dicen a ti, pero saben que tu estás cerca y escuchando. Sientes ese falso respeto por el cual si te acercas callan o cambian de tema, pero ya han conseguido que te sientas incómoda.

No debemos dejar que pasen situaciones de este tipo. Hay que comprarse el pleito. Hay que señalar esos comportamientos para cambiarlos. Hay que asumir la batalla de manera activa para evitar que siga pasando.

Mi mejor amiga me contó sobre un viaje por carretera que hizo junto con otros tres directivos hombres. No tomaban en cuenta la importancia que tenía para ella hacer las paradas en lugares con baños limpios. En la segunda parada enfrentó la situación y el comportamiento fue corregido. Ella siempre enfrenta las situaciones incómodas. Años después viajaba llevando consigo una máquina para extraerse leche materna y congelarla para su bebe. Todos respetaban su tiempo y su espacio. Se lo había ganado. Era reconocida por su trabajo, claro que sí. Pero sobre todo era respetada y apreciada como persona. Por no callar y comprarse el pleito.

Comprarte el pleito no te pone en riesgo. Todo lo contrario. Te da la oportunidad de demostrar tu verdadero yo. Para que te respeten por él. Por quien eres. No por tu género.

Todo líder debe comprarse un pleito. Proponerse ayudar a arreglar algo que este mal en la sociedad y que no le gusta, como promover la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres o defender el planeta. Lo que elijas. Trabajar activamente para arreglar eso que le incomoda a tu yo interno te hace mejor persona y buen líder.

Nunca abdiques de hacer una sociedad mejor. Haz algo por cambiar lo que te incomoda. Hay que comprarse el pleito.