Tres minutos basta: ¿Y que le dirías a alguien que quiere crecer?
Tres minutos basta: ¿Y que le dirías a alguien que quiere crecer?

Ignacio Quintanilla

¿Y que le dirías a alguien que quiere crecer? No robarle la oportunidad a otro. Sí, le diría eso. No robarle la oportunidad a otro.

Hay que crecer cuando es tu turno. Cuándo estás preparado.. Cuando el paso sea natural y a nadie le sorprenda. Y cuando eso pasa tu crecimiento sólido y apreciado.

Un antigüo jefe siempre decía “al césped hay que dejarlo crecer” y el tiempo me fue mostrando que tenía mucha razón. He visto caer muchas carreras rápidas por llegar antes de tiempo.

Hace varios años sembré unos eucaliptos para cortar el viento en un cerco vivo. Todos recibieron el mismo riego y fertilizantes. Pero uno de ellos crecía más rápido. Yo estaba muy contento con ese eucalipto y miraba a los otros como perezosos. Pero luego vi que los otros crecían con troncos gruesos, y “el adelantado”, seguía creciendo más rápido pero con un tronco delgado. Un día llegó un viento fuerte y lo quebró. Lo que quiero decir es que la velocidad te hace delgado mientras que el tiempo te da robustez. Y la robustez te da solvencia para soportar todos los vientos.

No robarle la oportunidad a otro significa tener la enorme autoconfianza para frente a una propuesta decir, gracias, pero aun no estoy listo. E incluso recomendar a quien creas que ya esté listo.

No tomar tu el espacio y dejarlo para otro te hace noble. Y eso no solo cuenta frente a la decisión de un nuevo cargo. Cuenta en todo. Ceder la palabra, ceder el turno, ceder el asiento, ceder la posición en la mesa. Ceder el espacio y dejarlo para otro te hace crecer sólido y querido por los demás.

Un amigo, con quien alguna vez compartimos casa, me lo enseñó de manera práctica. Teníamos solo una plaza de parking. Por tanto el que llegaba primero la usaba y el último tenía que dejar su auto fuera. Lo curioso es que siempre que yo llegaba la plaza estaba libre. Mi amigo ya había llegado pero se estacionaba fuera para dejarme la plaza de parking. Incluso, cuando llegaba con compras usaba la plaza de parking para descargar y luego movía el auto para dejarla libre. Y me decía que como yo llegaba más tarde seguro llegaba más cansado. La generosidad de ceder pensando en el otro te hace más grande y mejor persona.

Si quieres llegar primero hay dos maneras de hacerlo. Una es corriendo mucho. Otra es partiendo antes. La primera es como el eucalipto delgado. La segunda es sólida y contundente.

Crecer con sabiduría y generosidad es la manera correcta de crecer. Y la más sólida. Por eso, a la hora de crecer es clave no robarle la oportundad a otro.

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