Posicionamiento Empresarial Podcast Gestión
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Nuestro sistema político, económico y empresarial está basado en la confianza. Sin confianza nada es posible. En la era de las noticias falsas y polarización política, la confianza es el eje a través del cual las personas toman decisiones alineadas a lo que creen y valoran. En el caso de las empresas, la relación entre el éxito del negocio y la confianza en las marcas está comprobado, pues una empresa confiable genera mayor lealtad en clientes y trabajadores. La confianza puede ser valorizada y medible, y contribuye a la sostenibilidad en el largo plazo.

En este podcast, la especialista en estrategias corporativas y CEO de Kreab Perú, Gisella Benavente, aborda el tema: ¿Por qué la confianza es importante para el buen funcionamiento del sistema?, mostrando diversos indicadores sobre la crisis de confianza que vivimos y plantea varias alternativas para superar el problema.

Gisella Benavente señala que en los últimos años hemos pasado por situaciones de descontentos y protestas contra el sistema y las corporaciones. “Hoy 2020, vivimos un periodo de inestabilidad política, sumado al impacto del Covid-19, lo cual genera una gran incertidumbre sobre nuestro futuro, el de los negocios y del país”, apunta.

La revista The Economist publicó que el estado de la democracia en el mundo en el 2019 obtuvo una calificación de 5.4 sobre 10, con un incremento en la desconfianza en gobiernos, instituciones, partidos y políticos. “Y en el Perú, el INEI reveló en junio pasado que casi el 90% considera que la democracia funciona mal debido a los políticos. El ranking de las instituciones no confiables es encabezado por los partidos políticos, seguido del Congreso y los Gobiernos Regionales”, puntualizó.

A nivel nacional, en opinión más del 60% de la población, la democracia sirve para que los derechos de las personas sean respetados, sin embargo, un 85% señala que la igualdad frente a la ley se respeta poco o nada en el país. Por tanto, no es sorpresa que casi el 60% opine que la democracia en el Perú funciona mal o muy mal, según el INEI.

“Nuestros ciudadanos no están en desacuerdo con el sistema en si mismo, pero, lamentablemente, los continuos escándalos de corrupción han puesto en duda la ética del sector público y privado, y la pandemia ha revelado los problemas estructurales desatendidos a pesar del crecimiento económico, generando la percepción de que el sistema no funciona”, apuntó.

Alternativas

Gisella Benavente indica que lo primero es comprender que formamos parte de un mismo sistema que funciona de manera interdependiente, y, por tanto, compartimos la responsabilidad en el éxito o deterioro de este. “La principal tarea del gobierno es controlar el buen funcionamiento del sistema, garantizar la igualdad de oportunidades, fomentar la competencia y evitar situaciones de abusos. En ausencia de esto, el sistema falla y deteriora la confianza”, apuntó.

Pero el gobierno no está sólo. Agrega que los negocios y las personas pueden actuar priorizando únicamente el beneficio propio, sin considerar el impacto que generan en los demás, y afectar directamente el bienestar la sociedad de la que formamos parte.

“Por ello, es importante cambiar nuestra visión de corto plazo, orientada únicamente a generar de ganancias, por una de largo plazo, que considere además la creación de valor para nuestros grupos de interés, pues actuar en favor del bienestar común es lo único que garantizará nuestra supervivencia”, puntualiza.

Agrega que para generar bienestar no es suficiente el crecimiento económico. “Las personas tienen que saber que existe igualdad de oportunidades para mejorar su calidad de vida”, apuntó.

Desde el lado de las empresas, el rol sigue siendo el mismo: La creación de riqueza, generación de empleo y resolver las necesidades de las personas. Lo que está cambiando es el “cómo” y la confianza importa hoy más que nunca, puntualiza.

Las decisiones de las empresas son cada vez más visibles a través de las redes sociales, y se puede identificar muy fácilmente cualquier inconsistencia entre lo que dice y lo que hace, impactando en su credibilidad. “Y, para demostrar consistencia y transparencia, la estrategia interna y la externa deben estar alineadas con el propósito de la empresa y demostrarlo en toma de decisiones del día a día para generar confianza”, puntualiza.

Agrega que es fundamental que los líderes vayan más allá de los resultados económicos, y midan y demuestren cómo están generando valor a sus grupos de interés desde lo que saben hacer. “El nuevo entorno nos exige cambiar el enfoque para recuperar la confianza. Hay una demanda en el mundo por una nueva clase de liderazgo capaz de crear valor en el largo plazo e impactar positivamente en la sociedad”, sostuvo.

Señaló que si bien seguramente no arreglaremos la inestabilidad política que vivimos de forma inmediata, si debemos asegurarnos de no contribuir al deterioro del sistema. “Y, por el contrario, convertir esta crisis en una oportunidad para que las empresas lideren el cambio en nuestro país”, acotó.