Las tasas de interés reflejan el costo del dinero en una economía y, en prácticamente todos los países del mundo, incluido el nuestro, las tasas de interés en el sistema financiero se determinan por la libre competencia entre las entidades financieras. Sin embargo, hay países que fijan topes máximos y otros que no lo hacen como el Perú. Los estudios internacionales revelan que las mejores herramientas para reducir las tasas son la competencia, la transparencia y una mayor cultura financiera.

En este tercer podcast, Ljubica Vodanovic, Líder de Regulación Financiera y FinTech de EY Law, desarrolla el tema: “¿Se puede bajar las tasas de interés fijando topes máximos?” y analiza, entre otros temas, las tendencias en la regulación vigente, la posición expresada por los organismos técnicos, la experiencia internacional de países referentes, entre otros.

Según Ljubica Vodanovic, en el Perú, sólo excepcionalmente, el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) puede fijar tasas de interés máximas y mínimas, con el propósito de regular el mercado financiero. Conforme a sus facultades, el BCR podría imponer topes, pero en situaciones excepcionales.

Señala que el BCR ha expresado que no es conveniente fijar tasas máximas en el sistema financiero, argumentando que sería un control de precios, lo cual no es la vía más adecuada para reducir las tasas de interés. “Asimismo, el BCR ha señalado que el control de precios excluirá del crédito a las familias de más bajos ingresos pues atender su demanda de crédito sería más costoso por su perfil de riesgo y el reducido tamaño del crédito”, puntualiza.

Agrega que otro argumento es que la experiencia en otros países muestra que el control de tasas redujo la intermediación financiera y elevó otros costos financieros (las comisiones, por ejemplo).

Vodanovic explica que, en la región, Colombia y Chile, países referentes para el Perú, establecieron topes. Sin embargo, los resultados no parecen haber sido los mejores. Por ello, agregó que la OCDE, que agrupa a diversos países con los estándares más altos en políticas públicas, recomendó a Colombia liberalizar los topes pues estos pueden restringir el acceso al crédito, especialmente de los más vulnerables.

Agrega que, según la SBS, los países que pusieron topes máximos observaron dificultades para el acceso al crédito formal de las personas de bajos ingresos por su mayor perfil de riesgo, así como un crecimiento del mercado informal de préstamos.

“Diversos estudios señalan que los controles de tasa de interés se han traducido en mayores costos a los clientes por medio de comisiones, que han sido la válvula de escape ante los topes. Es decir, los menores ingresos por tasas fueron compensados por comisiones, con una menor transparencia en su fijación”, puntualiza.

Otro elemento a tomar en cuenta es que los ingresos por los créditos son la principal fuente de ingresos para la mayoría de empresas del sistema financiero de menor tamaño. “Estas empresas dan créditos de consumo y créditos a pequeñas y microempresas y serían las más afectadas con una fijación de topes. De no poder cubrir sus costos, podrían dejar de operar con normalidad y el mercado de créditos se concentraría más”, apunta.

Ljubica Vodanovic plantea que para reducir en mayor medida las tasas de interés puede identificarse y eliminarse las barreras de acceso a la competencia, especialmente de los nuevos actores tecnológicos, y elevar los estándares de transparencia e información del sistema, así como una mayor educación y cultura financiera. Otra alternativa sería ayudar a las empresas microfinancieras a su digitalización, a fin de reducir sus costos operativos.

“Tasas de interés competitivas en el mercado financiero ayudan a las empresas de todo tamaño a financiar sus actividades, crecer y desarrollarse. Fomentar reducciones con tasas máximas no logra esos objetivos, según la evidencia”, concluyó.