La mina peruana cuyas instalaciones fueron incendiadas el mes pasado y cuya operación peligra, ve el punto de inflección como una oportunidad para resolver conflictos comunitarios.
La operación de extracción de oro y plata de la minera Apumayo personifica las tensas relaciones comunitarias que han caracterizado el surgimiento de Perú como un importante proveedor de metales para el mundo y que ahora amenazan con sofocar las inversiones y la producción futura.
La empresa peruana de capital privado detrás de la mina dice tener buenas relaciones con las personas que viven cerca, pero reconoce las deficiencias en los servicios de agua, saneamiento, salud, transporte y educación en las comunidades rurales pobres de la región andina. Además, los beneficios de la minería son menos evidentes para las personas que viven más lejos. Recientemente, Hudbay Minerals Inc. alcanzó un convenio para aumentar el gasto después de que su mina peruana se viera afectada por las protestas.
“Si podemos hacer que los recursos que tiene el Estado, con un mecanismo rápido atiendan a la gente, haremos que las comunidades estén más contentas”, dijo el gerente general de Apumayo, Guillermo Shinno, en una entrevista este martes.
Shinno habló un día después de que el presidente, Pedro Castillo, interviniera en un plan anunciado por su Administración para detener cualquier extensión adicional de permisos para cuatro minas, incluida Apumayo en la región de Ayacucho, en medio de acusaciones de contaminación de las vías fluviales. Si bien Castillo dijo que el proceso cumpliría con la ley, señaló que la minería debe ser amigable con el medio ambiente.
El plan de cierre, que será el tema de discusión entre la industria y el Gobierno esta semana, se produce en medio de un aumento de las protestas, a medida que algunas de las tensiones sociales se agravan.
A fines de octubre, manifestantes de la ciudad de Coracora prendieron fuego al campamento minero de Apumayo, causando daños por US$30 millones y deteniendo la producción, según la compañía. Apumayo planea reiniciar las operaciones en unas pocas semanas.
Shinno, quien se desempeñó como exviceministro de Minas en el Gobierno de Ollanta Humala, instó a las autoridades a investigar las acusaciones de contaminación, diciendo que los ríos contienen minerales de forma natural y que Apumayo no ha sido sancionada por infracciones ambientales.