El estrés es una respuesta del organismo ante una situación percibida como desafiante o amenazante, provocada en la mayoría de casos por el trabajo, la situación económica o estado emocional. Se considera un problema mayor cuando empieza a afectar la salud física y psicológica.
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) vivimos ‘en tiempos de estrés’. En un informe del 2022, el organismo reportó que cada año se pierden 12,000 millones de días de trabajo debido a la depresión y la ansiedad, derivadas -justamente- del estrés.
Hay cerca de 1,000 millones de personas en el mundo que viven con un trastorno mental (2019). El 15% de los adultos en edad de trabajar experimentaron dicho trastorno, según la OMS.
Entonces, ¿cómo hacerle frente a la adversidad? Para la psicoterapeuta del portal Salud en Casa, Claudia Tassara, hay formas de usar el estrés a nuestro favor. “En los deportistas, el estrés los ayuda a la segregación del cortisol y les da más fuerza al momento de la competencia”, comenta.
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Un tema de salud mental
Pero el estrés no solo se combate con técnicas de control de emociones. Es un tema serio que puede perjudicar el estado físico. La mayoría de pacientes solo toma conciencia del estrés cuando pasa de un estado emocional a reflejarse corporalmente, indica Julio Pomareda, médico psiquiatra del hospital Herminio Valdizán (Minsa).
“El 70% de personas que tiene estrés, también tiene un problema de salud física”, dice el galeno citando un estudio de la Universidad Veracruzana (México) sobre el impacto de estrés psicosocial en la salud.
La diabetes, la obesidad, la hipertensión, así como problemas metabólicos, estomacales, endocrinos, y los tipos de cáncer y dermatológicos, pueden desencadenarse o exacerbarse por este mal.
Pomareda Llanos afirma que el número de casos aumentó luego de la pandemia debido a los nuevos problemas que surgieron: el desempleo, los conflictos familiares, familiares fallecidos, entre otros.
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Las tres fases
La psicoterapeuta Claudia Tassara explica que el estrés tiene tres fases:
- Alerta, cuando el cuerpo reconoce algo que lo intranquiliza y empiezan las sensaciones de taquicardia o tensiones musculares.
- Segundo, resistencia, momento en que el organismo busca mantener el equilibrio que no tiene. La persona se debate entre parar o acostumbrarse al cambio;
- Y el agotamiento, fase donde el cuerpo ya está estresado y agotado psicológicamente. Comienza los cambios físicos.
Es en esta última etapa donde inician los problemas de depresión, insomnio o déficit de atención.
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El estrés, ¿solo es negativo?
Balanza y planificación
En diálogo con Gestión, Tassara dice que para convertir el estrés a nuestro favor, primero se debe identificar el factor que desencadena esa reacción. “¿Qué está preocupándome? Es la pregunta para reconocer si se trata de un problema del que sé hace cargo directamente o no”, señala.
También indica que se debe establecer límites, un ejercicio poco común entre quienes sufren de estrés. La psicoterapeuta advierte que el cuerpo no puede sobrecargarse de tareas, lo mejor es colocar en una balanza la carga y la resistencia para conocer tu límite.
Ser organizado es importante. Planificar -dice- te ayudará a no sobresaturarte de tareas, y es ahí cuando se saca provecho del cortisol: esta hormona empezará a ingresar al organismo de manera progresiva ayudando al paciente.
Pausas activas y descanso
Víctor del Carpio Reymer, psiquiatra del Instituto Nacional de Salud Mental comenta que la persona con estrés o ansiedad se sabotea.
“Hay que saberla canalizar. Si yo sé que tengo una actividad y la hago de cualquier forma, la llevaré con muchos errores. Ahí ingresan las pausas activas, son muy importantes”, aconseja.
A esto se le puede sumar la meditación en cortos periodos, pues hará que la mente se refresque y pueda manejar las actividades de manera más eficiente.
Para el especialista, el estrés produce una sensación de intranquilidad. Lo mejor, señala, es distraer la mente de los problemas que agudizan este estado.
Un consejo final -agrega- es el descanso. “El sueño es uno de los consejos más importantes para una persona con estrés. Duermes bien y al otro día tendrás mejor ánimo. Los pensamientos positivos son contrarios al estrés”, añade.
El contacto físico
Finalmente, Pomareda recomienda el contacto físico. “El mejor método para aliviarlo es el contacto físico, un abrazo o una caricia que se puede dar con una persona cercana”, concluye.
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